Para Juan el evangelista, esa fue la primera de las señales realizadas por Jesús.
No se cita a san José, cosa que no se puede atribuir a un olvido de San Juan: este silencio —y otros muchos en el evangelio— hace suponer que el Santo Patriarca había muerto ya.
El término lo utiliza Jesucristo alguna vez para designar el momento de su venida gloriosa (cfr 5,28), aunque generalmente se refiere al tiempo de su pasión, muerte y glorificación (cfr 7,30; 12,23; 13,1; 17,1).
Juan subraya la abundancia del don concedido por el Señor (unos 300 litros de vino).
4) corresponde a una manera proverbial de hablar en Oriente, que puede ser empleada con diversos matices.
La respuesta de Jesús parece indicar que, si bien, en principio, no pertenecía al plan divino que Jesús interviniera con poder para resolver las dificultades surgidas en aquellas bodas, la petición de Santa María le mueve a atender esa necesidad.
Por eso la piedad cristiana, con precisión teológica, ha llamado a Nuestra Señora «omnipotencia suplicante».
Si esta buena Señora obró así sin que se lo pidieran, ¿qué hubiera sido si le rogaran?» [3] La Iglesia concede gran importancia a la presencia de Jesús en estas bodas.
El pueblo en ruinas de Khirbet Qana (Kanet el-Jelil), a unas 6 millas (9 kilómetros (5,6 mi)) más al norte,[15] es una opción presentada como cierta por William F. Albright en 1923,[16] cuyo nombre "Qana" es también etimológicamente más cercano a Caná que "Kanna".
[12] Algunos cristianos libaneses, especialmente los melquitas libaneses (greco-católicos), apoyados por su Iglesia, creen que el pueblo de Qana, al sur del Líbano, fue el lugar real de este acontecimiento.
[13] En la revista Biblical Archaeology Review, Michael Homan sostiene que muchos eruditos bíblicos han malinterpretado los primeros textos, traduciendo a 'vino' cuando la traducción más sensata es 'cerveza'.