Muerte de Dios

La frase «Dios ha muerto» (en alemán „Gott ist tot“ⓘ), también referida como la muerte de Dios, es usualmente atribuida al filósofo alemán Friedrich Nietzsche, así como al filósofo también alemán Georg Hegel (Fenomenología del espíritu),[1]​ e incluso al escritor ruso Fiódor Dostoievski (Los hermanos Karamazov).

Aquel se refiere al colapso de las ciudades estado y su orden autónomo.

«Dios ha muerto» es una frase dolorosa, que sirve como expresión de una de las figuras del Espíritu, denominada «conciencia desventurada»: «es el destino trágico que reúne todos aquellos dioses individuales y todos aquellos atributos de la substancia en un panteón, en el espíritu autoconsciente como espíritu».

También se encuentra en Así habló Zarathustra, libro responsable de popularizar la frase.

El aforismo nietzscheano se encuentra de modo específico y fundamental en la sección número 125.

Friedrich Nietzsche , filósofo que popularizó la frase Dios ha muerto .