Esto lleva aparejado como consecuencia que el criterio de la mayoría se convierte en la única ley social.
Sardá y Salvany critica severamente lo que califica como un intento de conciliar ambas posturas inconciliables.
Los liberales teóricos son los intelectuales que defienden la doctrina con argumentos y autoridades con arreglo a un criterio racionalista.
Los liberales prácticos son la mayoría que ignoran los principios y tal vez los despreciarían de conocerlos en profundidad.
A continuación, se detallan situaciones que, no pareciendo liberales, sí lo son, como, por ejemplo, las monarquías absolutas de Rusia o Turquía o los gobiernos conservadores, los cuales establecen su constitución y legislación no sobre principios de derecho católico, sino sobre otros principios, como la voluntad libre del rey o la voluntad libre de la mayoría conservadora, siendo estos principios liberales y anticatólicos.