Debía estar muy deteriorada y la reina Sancha quiso que se ampliase y reconstruyese en piedra bajo la advocación de San Juan Bautista; así surgió el nuevo templo románico que fue el elegido por el rey Fernando como panteón real para guardar, en un principio, los restos de su padre Sancho III el Mayor.[5] Para enriquecer la iglesia y darle una importancia religiosa aun mayor, los reyes mandaron traer desde Sevilla las reliquias de San Isidoro.Durante algún tiempo irán mezcladas técnicas románicas (contrafuertes, arcos de medio punto, etc.) con aportaciones netamente góticas.Se manifiesta una inspiración directa en las obras de la Antigüedad así como influencias estéticas bizantinas junto con un naturalismo idealizado.Estos maestros quedaron por lo general en el anonimato, aunque se han podido recoger muchos nombres de escultores que trabajaron en los territorios de Castilla y León, escultores que sí firmaron sus obras pero cuya vida y otros trabajos se desconocen.La pintura ayudaba al acabado del edificio románico, preservándolo además de los grandes agentes externos que pudieran erosionar.[7] Tras la pintura quedaban resaltadas las impostas, los canecillos, las roscas de los vanos, los capiteles, etc., hechos en piedra, aunque a veces estos elementos escultóricos se policromaban también, por el gusto del colorido.Los grandes edificios se remataban con un gran cimborrio situado delante del presbiterio, en la confluencia de la nave central y el crucero.Independientemente del destino que pudieran tener las torres de las iglesias, por lo general se construían procurando la mayor belleza posible.Hubo también la llamada torre pórtico, construida a los pies de la iglesia, pero han sobrevivido pocos ejemplares en mal estado y en su mayoría muy transformadas en estilo gótico.Mientras que durante el románico pleno no se había dado la construcción de monumentales portadas, fue entonces, en el tardorrománico, cuando pueden encontrarse.Por eso a veces esa lectura se interrumpe cuando la continuación podría estar en un tímpano cuya pintura ha desaparecido, o en unas paredes del interior donde puede haber ocurrido lo mismo.En el románico pleno aparece distante e irreal mientras que en el tardorrománico su expresión se aproxima un tanto al ser humano.Es una escultura en bulto redondo que se impuso a partir del siglo XI con la figura sin expresión de dolor.En las iglesias grandes se destinaba alguna habitación contigua y otras veces, si existían varios ábsides, uno de ellos era empleado para este rito.Al principio del románico los sarcófagos se construyeron siguiendo la tradición de tiempos anteriores, es decir, un cuerpo excavado en forma antropomórfica cubierto por una lápida llamada tampa en cuyo centro y de manera longitudinal se ve labrado un resalte que divide ambas partes.El tiempo, las modas, los agentes climáticos y los avatares históricos hicieron desaparecer la mayor parte del patrimonio artístico.[18] La técnica empleada durante el románico era poco perdurable aunque muy agradecida para el pintor porque permitía las rectificaciones, pero en cambio se descascarillaba con facilidad lo que suponía un continuo mantenimiento.Los temas desarrollados fueron principalmente el Pantocrátor y los doce apóstoles, casi siempre representados bajo arcadas de medio punto.Durante todo el siglo XI este arte fue en progreso, ofreciendo nuevos avances en realización y técnica, anticipándose a la escultura monumental en piedra.Se reconoce fácilmente una reja románica porque su diseño es casi igual en todas las piezas con pequeños detalles que puedan diferenciarlas.Su época de expansión duró desde mediados del siglo XI hasta el XIII y en algunos casos tuvieron una supervivencia en pleno estilo gótico.La región de Castilla y León fue muy rica en rejas románicas, aunque la mayoría han desaparecido formando chatarra o cambiando en la fragua su aspecto por otro más moderno.Sin embargo queda algún resto como ejemplo, unas veces a la vista y otras embutido en la obra que se hizo después.Las ciudades de León y Lugo conservan sus murallas romanas que han llegado en buen estado hasta el siglo XXI.Por otra parte daban lugar estas cercas o murallas al control del movimiento de mercancías, siendo este el sentido fiscal, exigiendo en las puertas el correspondiente pago.Así ocurrió con las célebres canonjías de Segovia cuya estructura pertenece ya a la Baja Edad Media.Para llevar a cabo la arquitectura cristiana y en este caso la arquitectura románica se tenía muy en cuenta una serie de preceptos simbólicos que a primera vista pueden pasar desapercibidos por desconocer su significado pero que fueron desde muy antiguo consustanciales con las creencias religiosas de los hombres.El número 4 está bien presente siendo el símbolo basado en los 4 elementos (tierra, agua, aire, fuego) que son las estancias de las purificaciones del alma en las culturas más antiguas.Basándose en estos conceptos, el número 4 será esencial en la simbología del románico, por ejemplo, con la presencia del Tetramorfos (símbolos de los 4 evangelistas) ubicado casi siempre bajo la cúpula en las trompas que unen el círculo con el cuadrado, es decir, simbolizando su intervención entre la Tierra y el Cielo, entre los hombres y Dios.
Fachada de la iglesia románica de Santo Domingo en Soria. Pueden verse las ménsulas de piedra (junto a los modillones) que sirvieron en su día para sujetar un pórtico de madera
Cimborrio de San Martín de Frómista. Puede apreciarse el paso del círculo al cuadrado por medio de las trompas donde se encuentran los símbolos del tetramorfo
Capitel de los pelícanos en Frómista. Simboliza la Eucaristía
(Ver el sepulcro hispanorromano que inspiró estas esculturas)