Armarium
Los monjes guardaban en tales armarii sus libros litúrgicos.En los monasterios de los siglos XII y XIII, cuando todavía no se habían impuesto las grandes bibliotecas –la escasa cantidad de libros no hacía necesaria tal cantidad de espacio–, los armarii eran nichos en la pared oriental del claustro, entre la sala capitular y la portada de la iglesia.El armarium era administrado por un cantor, que lo mantenía cerrado durante las horas de trabajo corporal, durante la noche y la comida.Dentro se colocaban tablas, que soportaban los libros.Tras el aumento del número de libros en los monasterios, algunos armarii fueron reconvertidos en tumbas para el abad u otro personaje importante.