En la actualidad se conserva en el museo del monasterio de Silos.
Por iniciativa suya se grabó esta leyenda en la base:
El pie y la copa están unidos por un nudo muy trabajado en filigranas.
Los sucesivos estudios y la cronología rebaten esta opinión, asegurando que se trata de una pervivencia o influencia que se mantuvo en el arte románico leonés.
[2] El resto está decorado con cenefas, dobles eses, cordones, espirales, etc.