La llamada República romana tardía fue una nueva etapa en la que entró dicho Estado a partir de finales del siglo II a. C. (VII ab urbe condita), en su nueva posición de hegemonía mundial, tras haber destruido o debilitado a todas las grandes naciones que pudieran haber representado una amenaza para su propia supervivencia.Roma durante los sucesivos siglos no volvió a tener un enemigo organizado capaz de poner en peligro su propia existencia, solo algunos reinos como el Ponto, Numidia o Armenia crearon molestias regionales rápidamente subsanadas.En esta nueva era, el mayor problema de la República fueron los propios enemigos internos, surgidos con los nuevos conflictos ideológicos y propiciados por el enorme éxito romano, estos saturaron las antiguas leyes e instituciones republicanas en una gran crisis del modelo de Estado que fragmentó la sociedad romana.Paralelamente, la aristocracia y la clase política concretamente, se beneficiaron enormemente de las nuevas conquistas del mundo mediterráneo.Este patrón no cambió hasta que Octavio (más tarde César Augusto) terminó con él al convertirse en un serio oponente a la autoridad del Senado y ser nombrado princeps («emperador»).[7] Las nuevas reformas populares incendiaron la ira de muchos senadores conservadores que apostaban por preservar las antiguas gens al poder en el senado.Propuso una lex agraria que permitiera el reparto de tierra procedente del ager publicus entre los ciudadanos más pobres; la experiencia de Tiberio en Hispania así como -según reveló su hermano Cayo- la situación del campo en Etruria, donde la esclavitud estaba muy difundida, fueron las causas principales que explican sus revolucionarios proyectos.Su cuerpo fue arrojado al Tíber, negándosele toda sepultura, mientras Nasica era destinado, prudentemente, a una misión en Asia, y Escipión Emiliano justificaba en cierta medida su asesinato.El cónsul Cneo Papirio Carbón comandó la expedición, y negoció la paz, aunque sólo para atacarlos más tarde.Tras esto, Mario recibió muchos honores, pero Cátulo y Sila reclamaron más mérito del que se les concedió.Sin embargo, en 91 a. C. fue elegido tribuno de la plebe Marco Livio Druso el cual devolvió los derechos electorales que les habían sido quitados unos años antes a los socii itálicos.[22] Sin embargo, la guerra no terminó del todo y, ese mismo año, fueron derrotados varios generales romanos pero, Cneo Pompeyo Estrabón y Cayo Mario, derrotaron varias veces a los restantes aliados insatisfechos, pero fue Lucio Cornelio Sila quién puso fin definitivamente a la guerra.[38][39] Simultáneamente, el legado romano Lucio Licinio Lúculo derrotó a la flota póntica en la isla de Tenedos.Al entrar en Roma, Sila capturó a doce mil populares, que fueron recluidos en el Campo Marcio.Cuando en Roma, apareció Sila con su cruel dictadura, él se proclamó defensor del partido popular, usando Hispania como base desde donde luchar contra los opresores.Durante este conflicto los responsables de las legiones enviadas por Roma realizarían diversas emisiones militares, pero no así Sertorio.Casi todos los piratas procedían de la región de Cilicia, sin embargo la pasividad del Senado era tal que los piratas habían llegado hasta la desembocadura del Tíber sin que les saliera al paso ninguna escuadra romana.Según Plutarco, los piratas habrían reunido unos 1000 barcos (ciertamente una exageración del historiador) frente a los 200 de Pompeyo.En 66 a. C. Pompeyo tomó el mando de una guerra ya ganada, en tanto que Lúculo fue abandonado por sus últimos hombres.Tras no haber podido neutralizar la entrada de César en las elecciones, Catón se movió rápidamente para encontrar un candidato que equilibrase la balanza, siendo este candidato afín a las ideas conservadoras, con el fin de contrarrestar las medidas que César pudiese tomar.[73] Pompeyo mientras tanto había empezado a repartir dinero entre su clientela y votantes, gastando cuanto fuese necesario para comprar los dos consulados.César podía hacer aprobar la propuesta por el pueblo con fuerza de ley, pero ir contra la voluntad del Senado era una táctica poco ortodoxa, que arruinaría su crédito entre sus colegas y su carrera habría terminado.Como es sabido, los romanos denominaban a sus años por el nombre de los dos cónsules que regían dicho período.[78] El consulado de César fue un auténtico terremoto político: creó las bases para las grandes reformas políticas, económicas y sociales que Roma exigía exhausta, creando un cuerpo de leyes que sería la base del Derecho Romano y legislando una reforma agraria para dar tierras públicas a las familias más pobres, cosa que le granjeó el odio de los Optimates entre ellos Catón el Joven.Algunos senadores observaron con temor cómo César ganaba popularidad entre la plebe, a la par que amasaba una gran riqueza personal.Con el ascenso del triunvirato para garantizar sus intereses y su poder, César mantuvo tranquilamente su mando sobre la Galia.Pompeyo tomó el mando de dos legiones en Capua y empezó a reclutar levas ilegalmente, una vergüenza que como era predecible aprovecharon los cesarianos en su favor.Antonio, Celio y Curión se vieron forzados a abandonar Roma disfrazados como esclavos, acosados por las bandas callejeras.Antonio fue denunciado como enemigo del pueblo y se le confió a Octavio el mando para hacerle la guerra.El ambicioso Octavio construyó una base de poder y luego lanzó una campaña contra Marco Antonio.
La
Vía Apia
a 15 km de
Roma
, el lugar donde
Clodio
y Milón se encontraron cara a cara, produciéndose una reyerta entre bandas, terminando con la muerte de Clodio
La Curia Julia, lugar de reunión del
Senado Romano
, mandada edificar por César durante su dictadura, tras la destrucción de la
Curia Hostilia
, por los seguidores de Clodio.