Plutarco

Plutarco nació en Queronea (Beocia), durante el gobierno del emperador romano Claudio.La mayor parte de su vida la pasó en Queronea, donde fue iniciado en los misterios del dios griego Apolo.[5]​ Concluidos sus estudios, volvió a Queronea, pero la ciudad requirió sus servicios para tratar asuntos administrativos con el procónsul romano en Corinto.[6]​ Sobre el año 67 inició un viaje de estudios que lo llevó a Alejandría y a Asia Menor, donde probablemente visitó Esmirna, que en aquel entonces era un importante centro filosófico del movimiento conocido como segunda sofística.[7]​ Además de sus deberes como sacerdote del templo de Delfos, Plutarco fue también magistrado en Queronea y representó a su pueblo en varias misiones a países extranjeros durante sus primeros años en la vida pública.Este cargo le permitió portar las vestiduras y ornamentos propios de un cónsul.[8]​ Pese a estos contactos políticos en el Imperio Romano, Plutarco decidió siempre vivir en la pequeña población de Queronea al igual que todos sus antepasados.Como el griego le bastaba en Roma, donde la clase alta era bilingüe, no sintió la necesidad de aprender bien latín sino ya bastante viejo, cuando necesitó documentarse para sus obras históricas, «tarde ya y muy adelantado en edad», según escribió.Los otros dos, Plutarco y Autobulo, parece que llegaron a una edad madura, a juzgar por el contenido de un tratado que su padre les dedicó: Sobre la procreación del alma en el Timeo.[12]​ La enciclopedia Suda dice que el predecesor del emperador Adriano, Trajano, hizo a Plutarco procurador de Iliria, aunque muchos historiadores consideran esto como poco probable, ya que Iliria no era una provincia procuratorial, y Plutarco seguramente tampoco hablaba el idioma.Probablemente su modelo fue el De viris illustribus del romano Cornelio Nepote.Sobre la Fortuna o las Virtudes de Alejandro el Grande es una fuente importante sobre la vida del gran conquistador.Algunas ediciones de los Moralia incluyen muchos trabajos que hoy en día son reconocidos como apócrifos.Se atribuyen estas obras a un «pseudo-Plutarco», y aunque las opiniones y el pensamiento registrado en estas obras no parecen pertenecer al Plutarco histórico y pueden proceder de una época posterior, son de todos modos textos de origen clásico con innegable valor histórico.[18]​ La traducción francesa de las Vidas paralelas por Jacques Amyot (1559) tuvo una importancia capital para el humanismo europeo, dando una extraordinaria popularidad al Queronense, tanto que se puede decir que sin ella Montaigne no habría podido escribir sus Essais.Admiraba especialmente la descripción de las leyes y las virtudes de Esparta y ansió una reforma política que empezara por una reforma moral según los añejos valores cívicos espartanos; durante los años de la Revolución francesa, ningún autor hubo más popular que Plutarco, y se escribían tragedias inspiradas en sus héroes.Ya en fecha tan temprana como alrededor de 1535 Thomas Elyot tradujo The Education or Bringing up of Children.Su lista de admiradores incluye a Ben Jonson, John Dryden, Alexander Hamilton, John Milton y sir Francis Bacon, así como figuras tan dispares como Cotton Mather y Robert Browning.
Edición de las Vidas paralelas de Plutarco de Ulrich Han, 1470.
Moralia , 1531.
Estatua de filósofo, quizás Plutarco. Museo arqueológico de Delfos , Grecia .