Durante la campaña contra los vénetos, Cayo Julio César envía al legado Quinto Titurio Sabino al territorio de los revoltosos unelos con 3 legiones romanas.[2] Sabino hizo construir un fuerte fortificado de madera en una colina no especificada, aunque se cree que fue entre Vernix y Tirepied,[3] cerca de Le Petit-Celland o Vire.[4] Pronto llega Virídovix, jefe unelo, pero el legado se niega a salir del campamento y presentar batalla.[5] Los galos intentan asaltar por sorpresa la fortificación pero justo entonces los romanos hacen una salida por las dos entradas, tomando al enemigo con la guardia baja y les obligan a huir.Posteriormente su caballería se encargaría de masacrar a los fugitivos.