Publicano
Podían requerir y comisionar auxiliares entre los naturales de la región, dando lugar a una segunda clase de publicanos, que aunque no eran los titulares del contrato público, formaban parte del concepto amplio.También se daba el mismo nombre de publicanos a los que tenían fundos públicos mediante una renta o tributo.[2] Publicano fue Tito Flavio Sabino, padre de Vespasiano, quien tuvo una estatua con el texto en griego: KALOS TELONESANTI.Después el derecho romano hacia diferencia entre tributos y vectigalia, que eran legislados por cualquier otro título.[3] Tres términos son usados comúnmente en las fuentes romanas que tratan sobre la pública contratación: manceps, redemptor y publicanus.[6] Estos arrendaban los tributos del pueblo romano por cierta suma que se obligaban a pagar, formando entre sí una compañía, unos iban a las Provincias y otros se quedaban en Roma, donde siempre estaba el maestro de la compañía.Los mercaderes italianos eran miles en todas las provincias, pero, como excepción, en las de Hispania Citerior y Ulterior eran poco numerosos.El Estado les confió, mediante contrato, todo el sistema de ingresos, suministros, pagos y contribuciones.Como sus vecinos, los "pecadores", forman el reservorio de futuros conversos, el potencial con el que espera alegrarse el cielo».