Mos maiorum

Las mores eran de hecho la reglas de la comunidad romana arcaica, las costumbres y usanzas que hacían del romano un cives[1]​ si las seguía con respeto, siendo esta la mayor herencia dejada por los progenitores y a transmitir a los descendientes.

El riesgo y la presión de la censura social si fallaba en colmar con las expectativas también era una forma del mos.

La reforma se llevó a cabo por medio de la legislación, y la ley escrita reemplazó al consenso.

[13]​ La auctoritas maiorum ("autoridad ancestral") podía ser evocada para justificar progresos sociales en nombre de la tradición.

[14]​ Durante la transición hacia el Imperio cristiano, Símaco aseguró que la continua estabilidad y prosperidad de Roma dependía de preservar el mos maiorum, mientras que el poeta paleocristiano Prudencio desestimó la adherencia ciega a la tradición como "la superstición de los viejos abuelos" (superstitio veterum avorum) e inferior a la nueva verdad revelada del cristianismo.

La familia romana era una de las vías mediante la cual el mos maiorum se transmitía de generación en generación