Después de vencer al cónsul Cneo Papirio Carbón, los cimbrios y teutones se dirigieron a la Galia.
[12] El único alto oficial vivo era Cayo Popilio Lenas, queda a cargo de los sobrevivientes que huyeron al campamento.
[16] La humillación probablemente marcó a Lenas de por vida y condeno su carrera política.
[17] Al año siguiente, otro cónsul, Quinto Servilio Cepión, marchó a la Galia a sofocar una rebelión y capturó la ciudad, en donde tomó una enorme suma de dinero, el Aurum Tolosanum, «Oro de Tolosa».
[7] El procónsul Cayo Julio César tuvo muy presente la suerte de Casio cuando enfrentó a los helvecios medio siglo después en Bibracte.