[10] En 108 a. C., el Senado rechazó la demanda de los cimbrios por tierras donde establecerse,[11] lo que les llevó a atacar al cónsul Marco Junio Silano, quien fue derrotado.
[15] El legado superviviente, Cayo Popilio Laneas, tuvo que rendirse cuando fue rodeado en su castra (campamento), entregando rehenes y todo su bagaje.
[18] Debe mencionarse que Tolosa era una ciudad sumamente rica y los romanos no dudaron en saquear sus templos.
[21] Por su parte, los teutones venían de Germania y fueron quienes lucharon en Arausio al invadir la Galia.
[5] Los migrantes germanos sumaban, según Plutarco, 300 000 guerreros seguidos por una horda mucho mayor de mujeres y niños.
[34] Esto alarmó al cónsul, quien le escribió una carta pidiéndole al procónsul que unieran sus fuerzas pero éste se negó,[33] aduciendo que cada uno debía proteger su territorio,[32] aunque sí aceptó cruzar el Ródano, pero todavía entonces rehusó discutir con él.
[35] Cepión solo escuchó a los enviados del Senado pidiéndoles que unieran sus fuerzas para defender la patria.
[37] Entonces los soldados proconsulares exigieron a su comandante negociar con su superior, pero esto solo acabó por aumentar las diferencias entre ambos.
[37] Luego, Cepión se lanzó a un ataque contra el campamento germano,[36] pero fue derrotado, huyendo los supervivientes con Manlio.
[39] Las fuentes también indican que los romanos fueron arrinconados por los germanos contra el río, ahogándose muchos de ellos.
[42] Este evento produjo gran pesar porque quedaron muchos huérfanos y viudas mendigando por su sustento.
[40] Esta doble derrota equivalía a que ya cinco ejércitos consulares habían sido destruidos por los invasores.
[55] Se temía seriamente que los germanos cruzaran los Alpes,[56] una consternación no sufrida desde los tiempos de Aníbal Barca.
[58] Sus victorias los animaron a invadir la península itálica y destruir Roma de una vez por todas.
[59] Los germanos cometieron el error estratégico de no atacar Italia inmediatamente después de su victoria; la moral romana estaba por los suelos y escaseaban los hombres adultos y propietarios que debían servir en las legiones.