Guerra de Jugurta

La voluntad de Micipsa era que a su muerte sus tres hijos compartieran el reino.

Sin embargo, poco después, en el 113 a. C., Jugurta provocó una guerra contra su hermano, acorralándolo finalmente en la capital de su reino, Cirta.

En honor a los esfuerzos realizados durante esta misión, recibió posteriormente el sobrenombre Numídico.

Una lucha interna entre Metelo y su legado, Cayo Mario, llevó al retorno de este último a Roma, donde fue elegido cónsul en el año 107 a. C. Mario ambicionaba tomar el mando de la guerra contra Numidia.

Numidia no era un área designada como protectorado consular por el Senado Romano, sin embargo, la población aprobó una ley en la Asamblea de la Plebe que dio el mando a Mario en lugar de Metelo en el año 107 a. C. En este caso, la Asamblea usurpó los derechos y poderes históricos del Senado, que en este asunto tuvo que rendirse.

Cuando Mario llegó a Numidia, Jugurta había unido las fuerzas con su suegro, Boco I, el rey de Mauretania.

Por otra parte, Boco I, negoció una paz con los romanos que incluyó engañar y poner a Jugurta bajo su control.

Esta es la principal fuente para conocer los hechos de la guerra, junto a las biografías sobre Sila y Mario escritas por Plutarco.

Numidia entre 112 y 105 a. C. y principales batallas de la guerra.