Triunfo romano

El día de su triunfo el general lucía una corona de laurel y la toga picta triunfal, púrpura y bordada en oro, que lo identificaba como casi monarca o incluso divino.La mos maiorum republicana requería que, a pesar de estos extraordinarios honores, el general se comportara con digna humildad, como un ciudadano mortal que triunfó en nombre del Senado, el pueblo y los dioses de Roma.Inevitablemente, el triunfo brindaba extraordinarias oportunidades para la promoción personal, además de sus aspectos religiosos y militares.En la republicana tardía, debido a la creciente competencia entre los aventureros político-militares germen del incipiente imperio romano, los triunfos eran extravagantes, prolongándose en algunos casos en varios días de juegos y entretenimientos públicos.En la Roma republicana, los logros militares verdaderamente excepcionales merecían los más altos honores posibles, que relacionaban al vir triumphalis ('hombre de triunfo', posteriormente conocido como triumphator 'triunfador'), con el pasado mítico y semimítico de Roma.[n 1]​[1]​ Los triunfos no estaban asociados a ningún día, estación o fiesta religiosa en particular del calendario romano.La tradición requería que, durante la celebración de un triunfo, todos los templos estuvieran abiertos.De esta forma, la ceremonia era, en cierto modo, compartida por todos los dioses romanos,[2]​ aunque las coincidencias con fiestas y efemérides específicas eran inevitables.[3]​ Pompeyo pospuso su tercer y mayor triunfo durante varios meses para hacerlo coincidir con su propio dies natalis.[8]​[n 3]​ En algunos textos se dice que un compañero o un esclavo le recordaba de vez en cuando su mortalidad (memento mori).En algún lugar de la procesión, dos impecables bueyes blancos son conducidos para el sacrificio a Júpiter, adornados con guirnaldas y con los cuernos dorados.En la mayoría de los triunfos, el general financiaba cualquier banquete posterior a la procesión con su parte del botín.[13]​ Varrón afirma que su tía ganó 20 000 sestercios suministrando 5000 tordos para el triunfo de Cecilio Metelo en el 71 a. C.[14]​ Algunos triunfos incluían los ludi como cumplimiento del juramento del general a un dios o diosa pronunciado antes de la batalla o durante el fragor del combate a cambio de su ayuda para asegurar la victoria.Otro denario muestra un globo terráqueo rodeado de cuatro coronas triunfales que simbolizan su conquista mundial y una mazorca para mostrar que su victoria garantizaba el suministro de grano a Roma.Su galería y sus columnatas se convirtieron en un espacio de exposición y probablemente contenían estatuas, pinturas y otros trofeos conseguidos durante sus diversas victorias;[20]​ contenía un nuevo templo para la diosa patrona de Pompeyo, Venus Victrix (Venus victoriosa); el año anterior había emitido una moneda que la mostraba coronada con laureles triunfales.La iconografía imperial fue identificando cada vez más a los emperadores con los dioses, empezando por la reinvención augusta de Roma como una monarquía virtual (el Principado).Oficialmente, los triunfos se otorgaban por méritos militares sobresalientes; el Estado pagaba por la ceremonia si se cumplían esta y otras condiciones (que parecen haber variado en distintos momentos y de un caso a otro) o el Senado pagaba al menos la procesión oficial.[25]​[26]​ A un general se le podía conceder un «triunfo menor» conocido como ovación.Su ovación fue de proporciones triunfales; incluía una gran pintura que mostraba su asedio a Siracusa, las armas de asedio utilizadas, el oro, la plata y los ornamentos regios capturados, así como las estatuas y los opulentos muebles por los que Siracusa era famosa.[29]​ Los Fasti Triumphales (también llamados Acta Triumphorum o Triumphalia) son unas placas de piedra que fueron erigidas en el Foro Romano alrededor del año 12 a. C., durante el reinado del emperador Augusto; es un calendario que lista los magistrados romanos honrados con un triunfo.Los etimólogos romanos consideraban que el canto de triumpe de los soldados era un préstamo lingüístico por vía etrusca del griego thriambus (θρίαμβος), entonado por los sátiros y otros asistentes en las procesiones dionisias y bacanales.[37]​ Ninguna fuente antigua otorga un triunfo al sucesor de Rómulo, el pacífico rey Numa.El dictador Furio Camilo obtuvo cuatro triunfos, pero finalmente fue exiliado; fuentes romanas posteriores señalan su triunfo del año 396 a. C. como posible causa de la ofensa, al utilizar un carro tirado por cuatro caballos blancos, una composición que estaba debidamente reservada para Júpiter y Apolo (al menos en la tradición y la poesía posteriores).[38]​ El comportamiento de un general republicano triunfante estaba muy vigilado por sus compañeros aristócratas, así como los símbolos utilizados en su triunfo, atentos a cualquier señal de que podría aspirar a ser más que «rey por un día».[n 15]​ Pompeyo obtuvo su tercer triunfo en el año 61 a. C. para celebrar su victoria sobre Mitrídates VI.[54]​ Los panegíricos imperiales del imperio tardío combinan elementos triunfales con ceremonias imperiales como la investidura consular de los emperadores y el adventus, la llegada «triunfal» formal de un emperador a las diversas capitales del Imperio en su peregrinaje por las provincias.[n 19]​ Algunos emperadores estaban siempre en movimiento y rara vez o nunca fueron a Roma.El emperador cristiano Constancio II entró en la ciudad por primera vez en su vida en el año 357, varios años después de derrotar a su rival Magnencio, de pie en su carro triunfal «como si fuera una estatua».[63]​ En el año 534, bien entrado el período bizantino, Justiniano I otorgó al general Belisario un triunfo que incluyó algunos elementos cristianos y bizantinos «radicalmente nuevos»; Belisario había llevado a cabo con éxito una campaña contra el líder vándalo Gelimer para restaurar la antigua provincia romana de África al control de Bizancio durante la guerra vándala de 533-534.La procesión estuvo encabezada por sus cautivos florentinos, obligados a portar velas en honor al santo patrón de Lucca; Castracani les seguía montado en un carruaje decorado.
Panel con la representación de un triunfo del emperador Marco Aurelio ; un genius alado se sitúa sobre su cabeza.
Escena de Los triunfos del César , de Andrea Mantegna (1482-94, en la actualidad en la Royal Collection ).
Detalle del arco de Tito que muestra su triunfo en 71 d. C. por su exitoso sitio de Jerusalén .
Segmento XX de los Fasti Triumphales , un fragmento que registra los triunfos durante la Primera guerra púnica .
Tapiz flamenco del siglo XVI en el palacio del Marqués de Dos Aguas representando un triunfo romano.
Miniatura del Skylitzes Matritensis que muestra la procesión triunfal del emperador Basilio II por el Foro de Constantinopla.
Carlos I de España anunciando la captura de Túnez al papa Paulo III en un tapiz anónimo del siglo XVI .