Sanabria

Su territorio se encuentra delimitado por sierras al norte, oeste y sur, mientras que al este el valle se abre a las penillanuras zamoranas, ocupadas en primer lugar por La Requejada y La Carballeda.

Entre los arbustos destacan varias especies de retama (blanca, amarilla, espinoa y pseudopilosa) (allí llamadas escobas), la carqueisa, calluna vulgaris (quirugo o carpacina) y la urz o uz (Erica ssp.).

También hay una gran variedad de plantas herbáceas, como la dedalera (escásamo o pímpanos), el orégano (ouriégano), la leitariega, la ortiga, los narcisos (pintos gayos o claveles), la zarza y la menta.

Entre los lacértidos destaca la presencia de la lagartija serrana y el lagarto verdinegro.

[9]​[10]​ Por último, se han contabilizado hasta siete especies en el hábitat del lago, lagunas, ríos y arroyos.

Son escasos los estudios paleoambientales que se han centrado en Sanabria y los existentes no han mostrado todavía evidencias de pobladores pertenecientes a las culturas del Paleolítico, Neolítico, Calcolítico y la Edad del Bronce.

Los diversos yacimientos localizados se han identificado como pertenecientes a la Edad del Hierro, aunque desarrollados sobre la base de un fuerte sustrato indígena ligado al periodo del Bronce Final Atlántico.

Sus asentamientos, denominados castros, son poblados fortificados fácilmente reconocibles por su ubicación en posiciones elevadas desde las que domina el territorio circundante, rodeados de una potente muralla, en cuyo interior se disponen unas características viviendas circulares de piedra.

Sus habitantes fueron los Zoelas, tribu astur que hacia el siglo IV a. C. eligió, entre otros asentamientos, la “Peña Castro” en Ribadelago, As Muradellas en Lubián, así como otros lugares localizados en Hermisende o Trefacio.

De este periodo se conservan hoy en día estelas funerarias aparecidas en Sotillo, Vigo o Rábano, entre otros lugares.

[17]​ Fue el monarca Alfonso III de Asturias el que definitivamente reconquistó este territorio junto con los demás que se sitúan al norte del río Duero, llevando a su cauce la nueva frontera del reino cristiano con Al-Ándalus.

[16]​ La toponimia sanabresa muestra ejemplos de nuevos pobladores en los que se indica su procedencia (Asturianos, Castellanos y Limianos) o una actividad económica (Cobreros y Ferreros) pero también hay topónimos de significativa filiación como es el caso de Asurvial (actual San Ciprian), Castromil, Galende, Golmaro, Hermisende, Sampil, Trefacio y Ungilde.

El poder de este monasterio crecería incluso durante el s. XI y siglo XII como consecuencia de donaciones reales y derechos sobre campesinos, llegando a tener bajo su jurisdicción 150 lugares, entre ellos la misma Puebla.

Este hecho conllevó, además, que el citado conde tomara posesión de su castillo.

Todos estos datos, manifiestan las consecuencias del éxodo rural que viene padeciendo esta comarca y que sufre de una forma más acusada desde los años cincuenta del siglo XX.

Por municipios, solo Puebla de Sanabria supera los mil habitantes en el censo demográfico 2020 del INE.

En la siguiente tabla se relacionan los municipios, indicando la superficie de cada término municipal en kilómetros cuadrados, el número de habitantes según el último censo del INE y los pueblos que incluye cada municipio: La mancomunidad es una asociación libre de municipios, dentro del marco jurídico autonómico y nacional, que crea una entidad local superior y a la que los municipios asociados delegan parte de las funciones o competencias que la ley les atribuye, al objeto de que se preste un servicio conjuntamente para todos sus miembros.

En Sanabria son tres las que actualmente operan: En la actualidad, sus principales actividades económicas se engloban dentro del denominado sector servicios —principalmente hostelería—, aunque durante buena parte del siglo XX lo fueron la agricultura y la ganadería.

Sanabria, situada en zona montañosa con largos períodos de frío y lluvia, invitó a sus moradores a establecerse en lugares protegidos, principalmente los valles o medias laderas de buena orientación y abrigo.

Con el paso del tiempo crece la necesidad de incrementar la superficie destinada a vivienda, con lo que la casa sanabresa pasó a dotarse de dos plantas, reservando la inferior para el ganado y la superior para la familia.

Esta evolución a la doble planta, introdujo nuevos elementos como son la escalera, de madera o piedra, que es ubicada en el exterior para que no ocupe parte del espacio interior, y los corredores que es donde desemboca aquella, presente siempre en la parte más soleada, sostenidos por canecillos, ya sean cerrados, semiabiertos o abiertos, que son utilizados como secadero de legumbres, almacén de productos y leñera.

En Sanabria los molinos, aquí llamados mulinos y muiños, también requieren una mención especial dentro de la arquitectura popular, en cuanto parte habitual del pueblo y del paisaje sanabrés, caracterizados por su pequeñas dimensiones, planta rectangular, muros de piedra apenas labrada, sin apenas ventanas y cubierta de pizarra.

Su propiedad solía ser compartida entre varios campesinos que a su vez cuidaban de su mantenimiento y se turnaban en su uso.

Poseían una sola muela que se construía con material de la zona, principalmente granito.

Sanabria tampoco ha sido ajena a la modernidad, siendo frecuente encontrar edificaciones que no respetan los primitivos esquemas de este territorio.

Dado su aislamiento geográfico, se han mantenido muchas tradiciones seculares, que ahora están decayendo debido a la intensa emigración ocurrida desde mediados del siglo XX.

Incluso existen organizaciones, como Furmientu, que intentan conservar su propio lenguaje, llamado sanabrés o senabrés, perteneciente al leonés, emparentado con el mirandés de Trás-os-Montes en Portugal.

[28]​[29]​ Otro de los aspectos de la cultura sanabresa que no ha podido sobrevivir con el tiempo es su vestimenta tradicional: antaño las mujeres llevaban pañuelo en la cabeza que bajaba mucho por la frente y se ataba por arriba.

[30]​[31]​ Los buenos pastos que alimentan al ganado, permiten obtener unas exquisitas carnes de ternera, tiernas y sabrosas que el viajero podrá degustar en presas, chuleta o chuletón asado.

[32]​ El buen comedor quedará también satisfecho ante uno de los más ricos platos sanabreses: los habones o fabones,[33]​ alubias de gran tamaño que se cultivan en la zona y que se guisan con productos del cerdo: tocino, morro y pata.

El Moncalvo , con sus 2044 m , es una de las cumbres de la sierra Segundera , en los montes de León del macizo Galaico-Leonés
Panorámica desde La Alcobilla
Tramo de la A-52 anterior a la entrada al túnel de La Canda
Toponimia tradicional de Senabria
Descenso en canoa por el Tera en Ribadelago
Panorámica de la práctica del parapente desde el Alto del Peñón
Casa sanabresa
Plaza del Ayuntamiento de Puebla de Sanabria
Castillo de los Condes de Benavente en Puebla de Sanabria
Pulpo a la sanabresa