Esta denominación derivaría del leonés, debiendo entenderse el riba como parte alta, escarpe o talud de ribera.
Estos frailes llegaron huyendo del acoso musulmán, al que los cristianos eran sometidos en el Califato cordobés.
De los 549 habitantes que tenía el pueblo en aquel momento murieron 144, pudiendo recuperarse tan sólo 28 cuerpos.
Familias enteras perecieron, y el pueblo quedó completamente destruido a excepción de unas pocas casas.
El pueblo antiguo conserva interesantes ejemplos arquitectónicos, desde el Ayuntamiento y las escuelas (actual consultorio de atención primaria sanitaria) hasta la iglesia o las viviendas.
El pueblo antiguo, que no llegó a ser abandonado totalmente, actualmente está siendo recuperado.
En la actualidad solo quedan restos del antiguo balneario (pilón y dos bañeras de piedra) y el edificio de la hospedería, que se mantuvo abierta hasta mediados del siglo XX.