La ruta se interna en el cañón, siempre paralelo al Tera, tras dejar a la derecha el camino de San Martín de Castañeda y vadear el río por un improvisado paso.
El sendero discurre por una zona de grandes piedras acarreadas por la corriente del río hasta llegar a las primeras cascadas, donde será necesario cruzar de nuevo el río, para comenzar a ganar altura, sorteando las primeras dificultades topográficas.
En esta zona son observables los profundos barrancos, circos glaciares, alturas aborregadas, ibones, morrenas y bloques erráticos originados por las distintas glaciaciones cuaternarias.
El sendero, cada vez más desdibujado, alcanza —tras descender por unas escaleras naturales— la denominada «poza de las Ninfas», seguida de cascadas y pequeños lagos que se alternan a lo largo del recorrido.
[3][4] El lago de Sanabria es un ensanchamiento del río en lo que fue la antigua lengua de un glaciar y donde pueden observarse la morrena lateral y la morrena frontal.