[1] Son populares las preparaciones basadas en truchas generalmente procedentes del río Esla.
La trucha suele elaborarse en dos etapas, en la primera se suele freír en una sartén con aceite o manteca de cerdo hasta que doren un poco.
En el mismo aceite sobrante, en el que se han hecho las truchas, suele rehogarse otros ingredientes que van de acompañamiento.
La trucha se suele acompañar de cebolla y el tomate, aromatizadas con tomillo, orégano y alguna hoja de laurel.
La trucha sanabresa se especia con pimentón, el vino blanco, el vinagre y las guindillas (generalmente picadas) y seguidamente el caldo de pescado y se mete al horno donde hierven unos minutos.