A quien emplea un lenguaje soez con frecuencia se le considera malhablado, desbocado o bruto.[33] Lo que en unos contextos sociales puede ser visto como un síntoma de "mala crianza", denunciando un origen social humilde que inhabilita para entrar en la "buena sociedad", en otros puede tener un prestigio encubierto, por ejemplo, entre los hombres jóvenes, asociado a actitudes machistas promovidas por el grupo.La adquisición del lenguaje por el niño es un complejo proceso evolutivo en el que intervienen tanto factores innatos como ambientales, entre los que están también la educación y la socialización; y en ese proceso se incluye la adquisición del lenguaje soez, o al menos la conciencia de su existencia.Las formas de afrontarlo (asumirlo, aceptarlo, tolerarlo, evitarlo, ignorarlo o reprimirlo) son muy diferentes según distintos enfoques pedagógicos.[56] [57] El lenguaje soez tiene implicaciones morales e intelectuales; pero no siempre son valoradas de la misma manera.[63] En España, la censura literaria durante la dictadura franquista se aplicaba tanto a asuntos políticos como morales, dentro de los que se incluía el lenguaje soez; así, por ejemplo, el censor informaba sobre La Centena (Octavio Paz, 1969):[67] Aunque no en todos los ambientes, generalmente se admite que en las letras de las canciones se utilicen todo tipo de términos y expresiones vinculados a las subculturas juveniles,[68] mientras que otras que anteriormente era utilizadas sin ningún tipo de mala conciencia han pasado a definirse como microagresiones racistas o machistas.En la Iliada (Canto VI, verso 327 y ss.), se llama "perra" a Helena de Troya; término que también se usa por Teofrasto en la parte Del malhablado (Περι κακολογίας -Peri kakologias-) en Los caracteres (XXVIII),[86] mientras que Platón pone en boca de Sócrates (en Gorgias) la expresión "por el perro" (una especie de interjección similar al voto o juramento, en relación con el dios egipcio Anubis).[90] En la poesía latina, algunas obras de Catulo se caracterizan por su lenguaje particularmente procaz (su poema 16[91] comienza con un verso tal –Pedicabo ego vos et irrumabo– que no se publicó su traducción inglesa hasta el siglo XX).En el siglo XIX, la moral victoriana, que extremaba los códigos de recato y decencia pública (al menos en el plano de la mera apariencia) hasta límites pacatos,[98] proporcionó a la literatura contemporánea un fácil recurso para obtener, con el uso del lenguaje soez, la provocación que define a las vanguardias (épater le bourgeois -"escandalizar al burgués"-).Muchas palabras soeces se utilizan como insultos para menospreciar u ofender a una persona.También es propio del lenguaje soez utilizar los insultos, incluso los más graves, con sentido totalmente opuesto, de alabanza o familiaridad.Para evitar incurrir en ellas, han surgido expresiones alternativas que comienzan de modo similar y terminan de otra manera, sugiriendo un arrepentimiento súbito tras un inicio espontáneo ("ost...ras", "me cago en di...ez").Se entiende que el dolor es más fuerte de lo normal al decir palabras soeces.El albur se basa en el uso de uno o varios vocablos con un doble sentido en su significado.- BACO Decir, al cambiar el hato de hombro, que no puedes aguantar cierta necesidad.- BACO Nada de eso, te lo suplico: a no ser cuando tengas que vomitar.
Caricatura cómica convencional en la que el lenguaje soez se representa mediante signos icónicos varios.
La ley local en
Virginia Beach
prohíbe el uso de blasfemias a lo largo del paseo marítimo de la avenida Atlantic. Fotografía de un cartel de advertencia con
grawlixes
.
Protestantes en
La Habana
posando con un cartel con insultos a
Richard Nixon
por el secuestro de dos embarcaciones pesqueras cubanas por parte del grupo armado anticastrista
Alpha 66
en julio de 1970. Previamente,
Fidel Castro
dio la orden de alterar la letra
x
del apellido del presidente estadounidense como una
esvástica
para denigrarlo.
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