Adquirió notoriedad en televisión al presentar, junto a Fernando Schwartz, el magacín Lo + Plus, un espacio de entrevistas del canal de televisión Canal+ en el que trabajaría seis años.
Desde entonces ha participado en diversos programas que le han valido varios premios y reconocimientos.
El nuevo programa dio en llamarse Lo que yo te diga, en homenaje al nombre del equipo creativo homónimo que había detrás, LoQueYoTeDiga, formado por Almudena Belda, Ricardo Cantalapiedra, Carlos López-Tapia, Igor Reyes-Ortiz y el propio Pradera.
Para justificar por guion la «reducción» física que se había operado en el presidente, a Pradera se le ocurrió asociarla humorísticamente al «desgaste» derivado del ejercicio continuado del poder.
[13][14] Entre 1995 y 2001 presentó, junto a Fernando Schwartz, el programa televisivo de entrevistas diario Lo + Plus.
Por el plató desfilaron insignes personalidades de la cultura contemporánea como José Saramago, Daniel Barenboim, Anthony Hopkins, Teresa Berganza o Salman Rushdie.
Tras participar en 2006 como «tutor» el concurso televisivo El primero de la clase, de TVE,[16] asumió la dirección del programa radiofónico Ciclos, en Sinfo Radio, que se mantuvo ocho años en antena.
En la temporada 2013, la sección se modificó para pasar a ser un intercambio dialéctico con solo dos participantes (de ahí el nuevo nombre: «Con un par»), que eran el propio Máximo y Antonio Naranjo defendiendo posiciones ideológicas contrapuestas.
[25] En su faceta de escritor, sus primeras obras las firmó bajo el seudónimo Joseph Gelinek, en honor al compositor checo homónimo.
[27] Ya con su nombre real, publicó Lo Max Plus: 66,6 preguntas sobre el programa más chachi de la tele y su impresentable presentador (1999);[28] Cartas del demonio al papa (2003); y Ananga Tongo: el Kama Sutra chungo para tener a mano (2003), antes de entrar de lleno en la divulgación musical con ¿De qué me suena eso?
[34] Como contertulio de televisión y también por su activa participación en las redes sociales, Pradera ha protagonizado discusiones públicas que han generado polémica.
A Julia Otero se le había diagnosticado un cáncer, y Pradera establecía un paralelismo por contraste con la situación de otros personajes famosos, en concreto con Donald Trump, José María Aznar o Macarena Olona, que lucían «sanos como cervatillos».
Naranjo resultó condenado al pago de la indemnización, a asumir las costas del proceso y a publicar la sentencia en su perfil de la red social; por su parte, el medio digital tuvo que publicar también íntegramente el fallo.
[36] Naranjo pidió entonces amparo ante el Tribunal Constitucional alegando una supuesta «vulneración del derecho fundamental a la libertad de expresión».