Su padre murió fusilado en la zona republicana al comienzo de la Guerra Civil, en 1936, después de lo cual su madre se fue con sus hijos a San Sebastián, donde tenía familiares, hasta que en 1939 regresó a la capital.
Cuatro años más tarde, ingresa en la Escuela Superior de Caminos, Canales y Puertos.
[4] Paco era miembro de la Federación Universitaria Española y fue el que ideó la revista antifranquista Península.
[5] Hace el servicio militar en 1951 en Toledo, donde comenzó a estudiar inglés en serio «porque tenía mucho tiempo: me llevé una gramática, un diccionario y una novela».
De la obra dirá el director Carlos Nuevo Ferrero que es «un sueño, una pesadilla.
Siendo aún novios, en 1951 cuatro años antes de casarse, Benet le escribió a Jordana: «Me pides una novela, nada menos.
Este legado, junto a otros muchos documentos se encuentra custodiado en la BNE.
[8] En 1985 volvió a casarse con la poeta Blanca Andreu, treinta años más joven que él.
En 2019 la BNE adquirió por 320.000 euros la voluminosa biblioteca del escritor, que incluía la documentación personal, consistente en manuscritos, cartas, fotografías y libros anotados.
[10][7] Hacia 1955 Juan Benet se pone en contacto con la Asociación Socialista Universitaria (ASU), integrada en aquellos años por Miguel Sánchez-Mazas, Javier Pradera, Juan Manuel Kindelán, Francisco Bustelo y Mariano Rubio, entre otros.
Tal vez deberían estar un poco mejor guardados, a fin de que personas como Solzhenitsyn no pudieran salir.
En 1966 regresa definitivamente a Madrid, integrándose en la plantilla del entonces Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, en el que también trabajaban su amigo Juan García Hortelano y el poeta Ángel González.
La novela crea un territorio mítico, Región, en el que se desarrollarán buena parte de sus narraciones, al estilo de su maestro Faulkner y al igual que otros grandes escritores del momento, como García Márquez, Onetti o Juan Rulfo.
Como dice John B. Margenot III, «rechaza los principios del realismo social a favor de una visión estética fundamentada en los enigmas inherentes a la experiencia humana» y «se aparta de los restringidos y desgastados principios del costumbrismo para explorar mediante el estilo la zona de sombras donde las ideas no se hallan del todo perfiladas.
Si había una literatura, que me parece nefasta, era la literatura que ejercía influencia y que estaba ajustada a la sociedad: tal era la del XIX... Y el hombre de letras ha pedido siempre, como decía Virginia Woolf, un cuarto propio para estar separado de la sociedad y no reclamarla como su audiencia'».
Como botón de muestra de sus opiniones polémicas, esta cita: «De todos los escritores que has mencionado antes, pues no es que sean odios míos; no me gustan por lo general ni Lezama Lima ni demasiado Borges; pero es que Dostoievski me parece infinitamente inferior a todos ellos, es que me parece una larva como escritor, pues no sé, algo así como el Juan de Orduña del alma humana.
En los años ochenta recorre España con su amigo Juan García Hortelano dando charlas cargadas de humor.
Esta novela «marca un hito en su desarrollo estético: 'Por supuesto que, para mí, Saúl ante Samuel significa la culminación de todo un proceso.
Nueve años después el director Antonio Isasi llevará la novela de Benet al cine.