Según Xosé Lluis García Arias, en su obra Toponimia asturiana, el origen del topónimo Villabona es latino: villam (casería) bonam (buena).
El topónimo sería compuesto, producto de una adjetivación del término más usado en los topónimos asturianos, villam.
De todas maneras, no descarta que pueda deberse a un antropónimo.
Así mismo, las sucesivas compañías ferroviarias construyeron viviendas destinadas a sus empleados, posiblemente dedicados al mantenimiento, y otras edificaciones debido a la situación estratégica de la localidad, en el centro del triángulo formado por Oviedo, Gijón y Avilés.
El carbón fue explotado por diversas compañías hasta mediados del año 1990, en que finalizó su extracción en los grupos mineros "Santo Firme" y "Cárcaba".
Así, se explotaron hasta 25 capas de carbón pertenecientes a los paquetes Esperanzas, Voluntad, Gavitos, Reguerón, Vena del Medio, Águilas, Tejeras y Martas, según la denominación local, del Namuriense-Westfaliense.
Los depósitos de fluorita del distrito son filones y masas estratiformes (capas), que se encuentra en formaciones triásicas.
En el área de Villabona los depósitos económicamente explotables son un filón y tres capas.
Los tonos del amarillo son variables desde pálido casi incoloro hasta el marrón.
El tramo entre Oviedo y Villabona presentaba, a finales del año 2009, cierto nivel de saturación, con unas 1000 circulaciones semanales.
Este hecho se ve agravado por la imposibilidad de realizar viajes directos entre Avilés y Gijón.
Dicho lavadero, hoy únicamente usado como fuente, tiene una techumbre a un agua con teja, soportada por 10 pilares.