Gorgias (diálogo)

El tema de la división del diálogo platónico ha sido, para lo investigadores, un gran problema de decisión, pues cada uno poseía una interpretación propia y basada en diversas fuentes que no se articulaban entre sí.

Los intérpretes de carácter positivista intentaron una propuesta muy interesante que fue seguida durante varios años por diversos filólogos, filósofos e historiadores del diálogo.

Si bien la mayoría de los filólogos han visto y aceptado estas tres divisiones, un polémico debate se suscitó al considerar que las intervenciones y salidas espontáneas o forzadas de los personajes en la acción constituían un nuevo corte del diálogo.

Además, Steinhart divide al diálogo en cinco partes, con un corte entre la cuarta y la quinta.

Ahora, según Dodds, si a la estructura dramática le añadimos los temas que tratan -(a) la retórica (ῥετορική) y (b) la forma adecuada de vivir (εὐδαυμονία)- y observamos cómo se superponen, la estructura del diálogo se presenta de esta manera: Esto hace que la estructura entrelazada con la trama se vuelva más dinámica, permitiendo al lector entrar de lleno en la trama, que se va intercambiando de (a) a (b), o viceversa, o las dos juntas.

Así la estructura se entreteje en tres conversaciones distintas, pero realizan una unidad más elevada.

Las investigaciones estilométricas sitúan al Gorgias en el más temprano de los tres períodos establecidos por este método de datación relativa, junto con Apología, Cármides, Critón, Eutidemo, Eutifrón, Hipias Mayor, Laques, Lisis, Menéxeno y Protágoras.

[2]​ Dodds considera que el diálogo exhibe algunas particularidades estilísticas del grupo II.

[4]​[5]​ Platón no da a conocer en ninguna parte del diálogo un espacio o tiempo determinado para la acción.

A lo largo del diálogo se observan diferentes fechas relacionadas con acontecimientos históricos.

Sócrates pone a Gorgias en apuros, señalando sus contradicciones, en un juego de preguntas y respuestas.

Para Sócrates si el poder es un bien los retóricos y los tiranos son los menos poderosos.

Sócrates sostiene que arruinar y matar no son fines, sino medios.

Si Arquelao es infeliz, lo será más aún en caso de que sus crímenes queden sin castigo.

Y así como las enfermedades corporales son curadas por la medicina aunque la cura no sea placentera hacen un bien, de la misma manera la ejecución de la justicia realiza la misma función en relación con el alma.

La justicia viene a ser como la medicina del alma que nos cura contra la maldad.

Polo dice que las artes se aprenden empíricamente por medio de la experiencia, o práctica sin teoría.

Lo mismo podría decirse de la salud, como tenemos entrenadores y médicos, el esfuerzo individual no desempeña ningún papel.

Tras ardua discusión, Calicles se declara cansado y abandona, por lo que Sócrates termina monologando.

Por ello, la intervención en la vida pública debe servir para mejorar a los ciudadanos, cosa que no ha hecho ningún político griego, ni aun los afamados Temístocles y Pericles.

Concluye con una premonición sobre su propio final: la posibilidad de ser acusado injustamente ante un tribunal, reafirmándose en su voluntad de buscar el mayor bien para los ciudadanos, y no su placer, aunque ello le perjudique.

Primera página del Gorgias