Era conocido como el Imperio turco por sus contemporáneos, aunque los gobernantes osmanlíes jamás utilizaron ese nombre para referirse a su Estado.El Imperio otomano poseía 29 provincias, además de Moldavia, Transilvania, Valaquia y Crimea, que eran Estados vasallos.Esto impulsó un amplio proceso de reforma y modernización conocido como Tanzimat; a lo largo del siglo XIX, el Estado otomano se hizo mucho más poderoso y organizado internamente, a pesar de sufrir nuevas pérdidas territoriales, especialmente en la península balcánica, donde varios territorios del Imperio se independizaron, creándose nuevos estados.Este contacto se podría deber a la ruta de la seda, pues los mercaderes musulmanes seguramente transitarían por los territorios donde habitaban los otomanos.Los turcos otomanos continuaron avanzando hacia los territorios europeos y pusieron en alerta a la potencia medieval del Reino de Hungría.Tras vencerlos, Segismundo continuó en el poder durante los cuarenta años siguientes sin ninguna clase de obstáculo sucesorio, conteniendo los ataques turcos otomanos, que ya realizaban incursiones en territorio magiar.En honor a esta proeza, el papa Calixto III ordenó que se instituyese un toque de campanas del mediodía para honrar la victoria húngara.El rey Matías Corvino mantuvo una política expansionista en Europa, y durante su reinado logró igualmente contener los ejércitos otomanos.De inmediato se libraron varias batallas a lo largo del reino, hasta que en 1541 cayó por último Buda, la capital húngara.La infantería jenízara quedó como guardia personal del sultán, y la aristocracia volvió a controlar su cota de poder.Tras esto, el Imperio otomano estableció un control directo sobre Macedonia, Tracia, Bulgaria y gran parte de Grecia.La actuación económica, sin embargo, resultó desastrosa al final, ya que los impuestos y la inflación provocaban cada día mayor descontento en la sociedad.Las relaciones con el exterior se caracterizaron por la prudencia, debido sobre todo a los problemas internos que había dejado su padre.La primera decisión de Bayezid II fue anular la reforma agrícola que había realizado su padre, devolviendo tierras a sus antiguos dueños, terratenientes y sobre todo religiosos.[13] Es importante destacar a quien fue gran visir de Solimán entre 1523 y 1536, Pargalı İbrahim Paşa, que debido a su gran labor en numerosas campañas militares y su exitoso trabajo como líder del ejército, fue absolutamente vital para la que fue para muchos la mejor época del imperio.Para esto había que combatir contra "(los judíos), frívolos e hipócritas por no tomar en serio a sus propios profetas; (y a los cristianos) quienes habían falseado al profeta Jesús al convertirlo en el "hijo de Dios", (ya que para los musulmanes) Dios es Uno, único y no tiene hijo alguno".Igualmente notable es la serie de monarcas incompetentes que acompañaron y contribuyeron al gradual declive del Imperio otomano.El siglo XVII, bajo los sultanatos de Mustafa I, Osmán II y Murad IV, fue una época trágica.Desde luego, la repentina muerte de ambos monarcas hizo fracasar tales empresas, y Hungría continuó dividida en tres partes.Después de que la batalla resultó en derrota, tanto turcos como transilvanos se retiraron a territorio húngaro.Durante el siglo XVII, estas bandas se hicieron comunes en las regiones montañosas de los Balcanes y Anatolia, financiándose con incursiones a las granjas que todavía eran productivas.Estos jefes locales ejercían un poder casi completo en sus territorios, recaudando los impuestos imperiales para sí mismos y enviando solo pagos nominales al gobierno central, por lo que resultaba muy difícil para la corte del sultán alimentar a la población de las grandes ciudades que sí dependían del gobierno imperial.En 1683, el Imperio otomano ya tenía entre sus posesiones al reino de Hungría desde 1541 y decidió avanzar hacia Viena.Por ejemplo, el capitalismo evolucionó acompañado del desarrollo de nuevas instituciones políticas, métodos científicos y tecnología militar.Las amenazas exteriores y la continua intervención extranjera en los asuntos internos hicieron extremadamente difícil para estos sultanes emprender reformas significativas.Como resultado, Mahmud II y sus partidarios llegaron por fin a la deducción de que nunca conseguirían crear nuevas instituciones militares si no acababan con las antiguas.En 1867 volvió eufórico de Londres y empezó a gastar toda la hacienda pública para emular lo que había visto allí.Similar política siguió Francia con los católicos maronitas, lo cual justificó inclusive una intervención armada francesa en Líbano el año 1860.Asimismo, deseosos de cimentar la alianza con las Potencias Centrales, los dirigentes Enver Pachá, Ahmed Djemal y Mehmed Talat, colocaron tropas otomanas bajo el mando de generales alemanes como Otto Liman von Sanders, aceptando también "misiones militares" del Imperio alemán para la artillería y la aviación.Estas dificultades se vieron agravadas por la influencia de los "Tres Pashás" (Enver, Djemal y Talat) en decisiones militares, causando gran fastidio entre los asesores alemanes.
El Imperio otomano (en Europa, en color verde) en 1914, en vísperas de su desaparición.