Edad Clásica del Imperio otomano

Después de tomar Constantinopla, Mehmed se reunió con el patriarca ortodoxo, Gennadios, y formalizó un acuerdo por el que la Iglesia ortodoxa, a cambio de poder mantener su autonomía y tierras, aceptaba la autoridad otomana.

Francia perdió esa guerra lo que provocó el auge de la alianza franco-turca, alianza económica y militar, ya que los sultanes concedieron a Francia el derecho de comerciar dentro del Imperio sin impuestos.

En ese momento, el Imperio otomano era una parte significativa y aceptada de la esfera política europea.

Bajo Selim y Solimán el Imperio se convirtió en una fuerza naval dominante, controlando gran parte del Mediterráneo.

Con los turcos otomanos bloqueando las rutas marítimas hacia el este y el sur, los europeas se vieron obligados a encontrar otras vías alternativas a las antiguas rutas de la seda y de las especias, ahora bajo control otomano.

En tierra, el Imperio estaba preocupado por las campañas militares en Austria y en Persia, dos escenarios de guerra muy separados.

En 1516 dirigió una campaña contra el sultanato mameluco, conquistando primero Siria y luego Egipto al año siguiente.

Al carecer de un rey, Hungría se sumió en una guerra civil por la sucesión y los otomanos apoyaron a Juan Zápolya como príncipe vasallo.

Cuando sus rivales, los Habsburgo, empezaron a tomar la delantera, Solimán intervino directamente conquistando de nuevo Buda y anexándola al imperio en 1541.

En otros lugares, Solimán dirigió importantes campañas contra el Irán safávida, conquistando Bagdad en 1534 y anexionándose Irak.

Lideró una exitosa campaña contra Uzun Hasan en 1473 que resultó con la victoria decisiva del Imperio otomano en la batalla de Otlukbeli.

Mehmed II abandonó su sitio de Corinto para lanzar un ataque punitivo contra Vlad en Valaquia[18]​ pero sufrió muchas bajas en un ataque nocturno sorpresa dirigido por el propio Vlad, quien aparentemente estaba decidido a matar personalmente al sultán.

Vlad finalmente escapó a Hungría, donde fue encarcelado por una falsa acusación de traición contra su señor, Matias Corvino.

Mehmed fue sucedido por su hijo Beyazid II (1481-1512), cuyo gobierno puede considerarse como un tiempo de sosiego para el Imperio, en el cual se consolidaron las acciones de Mehmed y se resolvieron las reacciones económicas y sociales que su política interna había causado.

Las relaciones con el exterior se caracterizaron por la prudencia, debido sobre todo a los problemas internos que había dejado su padre.

Pese a su carácter pacífico, Bayezid efectuó numerosas campañas para conquistar el enclave veneciano del Despotado de Morea, región que había sido descrita de manera precisa como la llave al futuro poder naval otomano en el Mediterráneo oriental.

La primera decisión de Beyazid fue anular la reforma agrícola que había realizado su padre, devolviendo muchas tierras a sus antiguos dueños, terratenientes y sobre todo religiosos.

El corsario Jeireddín Barbarroja estableció una base en Argelia y luego logró la conquista de Túnez en 1534.

[24]​) La conquista de los mamelucos fue la mayor empresa militar que jamás había intentado ningún sultán otomano.

Pero sin duda fueron La Meca y Medina las más importantes de todas las ciudades conquistadas, ya que eso, oficialmente, convirtió a Selim y a sus descendientes en los califas de todo el mundo musulmán hasta principios del siglo XX.

[20]​ A Selim le sucedió su único hijo Soleimán I, apodado el Magnífico (r. 1520-1566), que siguió los pasos de su padre consolidando aún más la paz y la estabilidad interior.

Este restauró, durante su reinado, el poder del gran visir y fue generoso con los jenízaros, permitiéndoles casarse.

También llevó a cabo personalmente varias campañas militares, sofocando primero una revuelta liderada por el gobernador designado por los otomanos en Damasco.

En 1541, Solimán se anexionó la mayor parte de la actual Hungría, conocida como el Gran Alföld, y respaldó a la familia Zápolya como gobernantes del principado independiente de Transilvania, que pasará a ser un estado vasallo del Imperio.

A lo largo de su reinado y los posteriores siglos de guerras contra el Sacro Imperio Romano Germánico, los turcos siempre utilizarían el idioma húngaro como instrumento comunicativo y negociador con los germanos, aunque en la propia Viena no fuese una lengua conocida.

[29]​ Preocupado al menos en parte por la posición militar del Imperio otomano con respecto a Hungría, Solimán aceptó los términos temporalmente.

En 1533, Khair ad Din, conocido por los europeos como Barbarroja, fue nombrado Kapudan Pasha (almirante en jefe de las armadas otomanas), cargo que mantendrá durante buena parte del reinado de Solimán (hasta 1546) en un momento en que luchaban activamente contra la marina española.

La alianza fue económica y militar, ya que los sultanes concedieron a Francia el derecho de comerciar dentro del Imperio sin impuestos.

En ese momento, el Imperio otomano era una parte significativa y aceptada de la esfera política europea.

[34]​ Es importante destacar a quien fue gran visir de Suleymán entre 1523 y 1536, Pargalı İbrahim Paşa, que debido a su gran labor en numerosas campañas militares y su exitoso trabajo como líder del ejército, fue absolutamente vital para la que fue para muchos la mejor época del imperio.

El Imperio otomano a principios del segundo reinado de Mehmed II.
El Imperio otomano tras la muerte de Solimán el Magnífico.
Miniatura de Mehmed II
Asedio de Belgrado (en húngaro : Nándorfehérvár ) 1456. Hünername 1584