A inicios del siglo XVI, este título, llevado por ambos, hombres y mujeres, de la dinastía otomana, fue reemplazando otros títulos por los cuales los miembros prominentes de la familia imperial habían sido conocidos (notablemente hatun para mujeres y bey para hombres).
Según un sitio web genealógico, la manera formal de dirigirse a una valide es Devletlû İsmetlu (nombre dado) Vâlide Sultân Aliyyetü'ş-Şân Hazretleri.
Valide sultan era quizás la posición más importante en el Imperio otomano después del sultán mismo.
La mayoría de las mujeres del harén otomano eran esclavas (llamadas odaliscas) que no estaban formalmente casadas con los sultanes y se dedicaban a servir a las esposas e hijos del soberano.
Si este se fijaba en una y llegaba a concebir un hijo con esta, pasaba a convertirse en «esposa» secundaria o concubina pues sus niños eran considerados plenamente legítimos bajo la ley islámica si eran reconocidos por el padre.
Así, todos los hijos varones eran sultanes en potencia, aunque la ley dictaba que al trono accediera el mayor, con lo que durante varios siglos madres ambiciosas desataron entre sí peligrosas intrigas donde rivales y primogénitos solían perecer prematuramente víctimas de accidentes o misteriosas enfermedades, como escribe la autora turca Kenizé Mourad, hija de la princesa Selma y bisnieta del sultán otomano, Murad V.