En un principio von Sanders se formó una opinión muy negativa sobre el ejército turco y sus mandos, hasta el punto de que en julio de 1914, cuando el líder de los Jóvenes Turcos İsmail Enver ofreció una alianza al Imperio Alemán, von Sanders presionó personalmente al embajador alemán en Constantinopla, Hans von Wangenheim, para que la desechara.
En ese momento Enver discutió con von Sanders su estrategia para destruir la guarnición rusa en la ciudad de Kars.
De forma simultánea, las tropas otomanas destacadas en Palestina (mandadas por Ahmed Djemal, quien estaba a su vez asesorado por Kress von Kressenstein), atacaron a los británicos en el canal de Suez y fueron así mismo repelidas tras sufrir graves bajas.
Entre abril y noviembre los Aliados no dieron un momento de respiro a von Sanders.
Los otomanos conseguían por fin una victoria decisiva sobre el enemigo, aseguraban los estrechos y mantenían incomunicados a los rusos con sus aliados occidentales.
Allí encontró unas fuerzas demasiado debilitadas como para poder hacer otra cosa que parapetarse en posiciones defensivas y tratar de retrasar el avance británico.