Su sede central en Constantinopla, construida por Alexander Vallaury y Raimondo D'Aronco en 1890, acoge actualmente el İstanbul Lisesi.
Hasta entonces la corte otomana recurría a ricos prestamistas que eran súbditos del sultán (árabes, judíos, griegos, o armenios) para obtener fondos, pero las crisis económicas de inicios del siglo XIX habían mermado el patrimonio de tales prestamistas y se hacía cada vez más difícil recurrir a ellos.
Este déficit era financiado con más empréstitos extranjeros, mediante contratos que daban grandes ventajas a los acreedores, especialmente bancos británicos y franceses.
La OPDA, basada en el antiguo sistema de capitulaciones (Ahidnâme) otorgadas por el Imperio Otomano, constituía un vasto aparato burocrático dirigido exclusivamente por los acreedores extranjeros (especialmente grandes bancos británicos, franceses, y alemanes) que operaba prácticamente independiente dentro de la propia burocracia otomana.
En 1900 la OPDA financiaba numerosos ferrocarriles y otras industrias, siendo que la economía otomana quedaba dominada por capitales foráneos.