El término harén o harem (en árabe y persa ḥaram, "santuario", "un lugar sagrado inviolable; harén; miembros femeninos de una familia," del árabe: harîm حريم, lit. "algo prohibido" )[1][2][3] designa propiamente los espacios domésticos que están reservados para las mujeres de la casa en una familia musulmana.
[4][5][1] El término se refiere en general a las esposas u otras mujeres relacionadas en antiguas familias aristocráticas, así como al área aislada y apartada de una casa reservada para ellas.
[3] Entre los otomanos y safávidas se usaba también el término sarāy, serrallo o “palacio.”[3] Es un lugar sagrado e inviolable, prohibido a cualquier hombre que no sea un miembro de la familia inmediata.
[6] La institución del harén floreció en las sociedades musulmanas durante las sucesivas invasiones y conquistas en las regiones del Mediterráneo y el Oriente medio, África e India, posiblemente como resultado de adoptar las prácticas que ya eran comunes en la cultura persa.
[5][3] Tradicionalmente se ha entendido este espacio privado como un lugar que sirve para mantener la modestia, el privilegio y la protección de la mujer[cita requerida].
En el pasado, algunos harenes estaban custodiados por eunucos, a quienes se les permitía estar dentro.
La palabra proviene del árabe ḥarīm, que puede significar "lugar sagrado inviolable", "harén" o "miembros femeninos de la familia".
[11] La práctica de la reclusión o aislamiento femenino no es exclusiva del islam, pero en Occidente la palabra harem generalmente denota el espacio doméstico reservado para las mujeres en los hogares musulmanes.
En algunas lenguas occidentales, el término se ha utilizado en un sentido más estricto, asociado a la mujer confinada.
La práctica de harenes reales custodiados por eunucos continuó sin mayores modificaciones durante los periodos persa, seléucida, y sasánida.
[3] Con la subsiguiente conquista musulmana de Persia, los abasíes adoptaron y continuaron la práctica, esparciéndola a todo su imperio.
A medida que crecía el tamaño del harén, los hombres se entregaban al placer hasta la saciedad.
La saciedad dentro del harén individual significaba aburrimiento para el único hombre y negligencia para las muchas mujeres.
En tales condiciones ... la satisfacción por medios perversos y antinaturales se infiltró en la sociedad, particularmente entre sus clases altas.
[5] El mayor harén de al-Ándalus se encontraba en Córdoba en tiempos del Califato occidental.
Incluso las descripciones y pinturas de los visitantes europeos a Constantinopla, que se crearon en gran número desde el siglo XVI y cuyos autores a veces afirmaban haber sido testigos directos dependían de estas fuentes.
Durante períodos posteriores, los hijos varones del sultán vivieron en el harén hasta los 12 años.
También tratababn de prevenir la monogamia para que ninguna mujer pudiera llegar a tener demasiada influencia sobre el sultán.
El harén otomano tiene como palabra casi sinónima la de serrallo, italianismo "serraglio", que por su parte es deformación diminutiva de la palabra turca saray (palacio), ya que el harén principal del sultán en Estambul estaba en un pequeño y lujoso recinto dentro del palacio imperial.
[44] Al-Muqaddasi identifica una ciudad en España donde la operación era realizada por judíos y los sobrevivientes eran enviados al extranjero.
[47] El principal eunuco negro, o Kizlar Agha, llegó a ganar una gran cantidad de poder dentro del Imperio Otomano.
[48] Narraciones de viajeros del siglo XIX describen que eran servidos por esclavos eunucos negros.
En Egipto no existía un único harén, sino que eran varios, situados contiguamente a los palacios del faraón, pero de tamaño variable.
El personal era exclusivamente masculino y, contrariamente a los harenes del Imperio otomano, no había eunucos.
Actualmente se duda si realmente Ramsés III fue asesinado en el complot, pero lo cierto es que murió aproximadamente a los 65 años, y su momia no presenta signos de violencia.
La sociedad griega no permitía la participación femenina directa en actividades intelectuales ni políticas, que eran reservadas exclusivamente a los hombres.
A las mujeres nobles apenas se les dejaba salir del gineceo, lugar en el que realizaban sus actividades.
Estas nociones servían para presentar a Occidente como culturalmente superior y justificar la empresa colonial.
[5] Bajo la influencia de Las mil y una noches, el harén a menudo se concibió como un burdel personal, donde numerosas mujeres se apoltronaban en poses sugerentes, dirigiendo su sexualidad fuerte pero oprimida hacia un solo hombre en una forma de "lujuria competitiva".
[61] En contraste con esto, artistas otomanos como Abdülcelil Çelebi Levni, Buharî o Enderûnlu Fâzıl pintaron escenas de harén realistas en las que sus residentes se muestran en situaciones cotidianas y vestidas.