[14] Para los dirigentes del CUP, la guerra podía además permitir la radical transformación del imperio en una nación moderna e independiente de las intromisiones extranjeras, abrogar las concesiones financieras y mercantiles obtenidas hasta entonces por las potencias y recabar el apoyo de la población al Gobierno.
[15] Los alemanes, en principio reacios a coligarse con un Estado débil, fueron cambiando de actitud según se fue haciendo más probable la guerra entre Austria-Hungría y Serbia.
[17] Además, los otomanos pretendían obtener territorios en las costas del mar Negro, en especial, el puerto de Constanza.
[40][35][43] La operación había sido simplemente una manera de provocar a la Entente para asegurar la entrada en guerra del imperio.
[35] Varios ministros y el gran visir, sin embargo, se mostraron contrarios a esta decisión, en vano.
[49] Con la complicidad de Alemania, los dirigentes otomanos mantuvieron, sin embargo, una actitud ambigua entre los dos bandos, y llegaron a negociar con los Aliados.
[40] La alianza del Imperio otomano con Alemania y Austria-Hungría facilitaba también posibles ataques al jedivato de Egipto, protectorado británico, e incluso a la India.
[75] Entre la firma de la alianza secreta y la entrada en guerra del imperio pasaron finalmente casi tres meses.
[79] El tratado original era fundamentalmente defensivo frente a Rusia y los otomanos deseaban pactar otros asuntos con los imperios centroeuropeos.
[40][35][43] La operación había sido simplemente una manera de provocar a la Entente para asegurar la entrada en guerra del imperio.
[35] Varios ministros y el gran visir, sin embargo, se mostraron contrarios a esta decisión, en vano.
[85][87] El Ejército otomano, revitalizado por las reformas auspiciadas por la misión militar alemana, consumía seis millones de liras al año: la partida destinada a las Fuerzas Armadas era la mayor del presupuesto imperial.
[98] Los dos conflictos habían desbaratado completamente las Fuerzas Armadas imperiales, cuyos restos tuvieron que concentrarse en Tracia para proteger la capital.
[112] Casi de inmediato tras entrar en guerra, el imperio tuvo que afrontar un ataque naval en los estrechos del mar Negro.
Además el abastecimiento del país se veía estorbado por las difíciles comunicaciones con Alemania y Austria-Hungría, con las que no tenía conexión por tierra.
[9] Pese a la enorme extensión del imperio, este contaba apenas con cinco mil setecientos kilómetros de líneas férreas.
[112] En el Cáucaso fueron los rusos los primeros en abrir las hostilidades, con una acometida contra Köprüköy que infligió grandes pérdidas al 3.er Ejército.
[135] La Revolución de Octubre, la desintegración del ejército ruso y los movimientos independentistas caucásicos permitieron a los otomanos recobrar el territorio perdido hasta entonces.
[138] Los otomanos, que alcanzaron Bakú,[87] dominaron el Cáucaso meridional hasta noviembre, cuando comenzaron a retirarse lentamente de la región.
[138] A comienzos de 1915, los estrategas británicos, influidos por Winston Churchill, a la sazón primer lord del Almirantazgo, sopesaban la conveniencia de atacar directamente la capital otomana, aunque los expertos militares, tanto británicos como franceses, entre los que destacó Pierre Loti, criticaron el plan.
A este frente los otomanos aportaron unos cuarenta mil soldados, que cubrían principalmente el sector del río Struma.
[147] Persia se declaró desde el principio neutral[154][155] en la guerra mundial y trató de evitar comprometerse con los dos bandos enfrentados.
[162] A la derrota en Suez se unió la pérdida de ciertas islas —en especial, del litoral libanés— que ocupó el enemigo.
[168] En marzo y abril, sin embargo, habían logrado derrotar en dos ocasiones a los británicos en Gaza e impedirles alcanzar Palestina.
[173] Los británicos tampoco contaban con suficientes abastos, en especial cuando el descenso del nivel de los ríos dificultaba la navegación.
[154][175] La derrota supuso un grave descalabro, tanto militar como de prestigio, que requirió grandes reformas del ejército mesopotámico británico.
[155] Para sostener este frente y poder acometer nuevas ofensivas, se tuvieron que enviar doscientos mil soldados a la zona.
[176][154][144] En los meses siguientes, el ejército anglobritánico, reconstituido tras la derrota de Kut-el-Amara del año anterior, siguió arrebatando posiciones a los otomanos, si bien cada vez más lentamente: conquistó Samarra en abril de 1917, Tikrit en noviembre y hit en marzo del año siguiente.
[38] En el Mediterráneo oriental las operaciones navales del imperio se limitaron al uso de submarinos y pequeños torpederos.
[184] Estos —en realidad, únicamente los británicos— tomarían diversos puntos estratégicos: los Dardanelos,[185] el Bósforo,[185] los túneles de los montes Tauro, Batum y Bakú.