Enver Bajá

Probablemente influido por las unificaciones alemana e italiana, Enver se declaró pronto un defensor del Panturquismo, consistente en la unificación de todos los pueblos túrquicos, ya fuera en un único Estado bajo la dinastía osmanlí o en una federación política.

Ostentaba además el importante cargo de jefe del Estado Mayor, aunque al comienzo de la contienda mundial desatendió las tareas del puesto al hallarse enfrascado en labores diplomáticas.

[4]​ El nuevo gobierno estrechó lazos diplomáticos con el Imperio alemán y recibió una delegación militar encabezada por el general Otto Liman von Sanders destinada a modernizar el ejército turco, acción que desencadenó las protestas del Imperio ruso.

Debido a ello, ordenó que todos los soldados armenios del ejército fuesen desarmados, fusilados o convertidos en peones camineros, y que unos 2000 intelectuales de esta etnia distribuidos a lo largo del país fuesen encarcelados.

Durante la guerra, la diferencia entre lo gastado y producido en el seno del Imperio fue tan acusada que la inflación llegó a superar el 1.600%.

El bajá intentó tomar de nuevo el mando de las tropas otomanas en la zona, pero esta vez los alemanes se opusieron tan ferozmente a tal idea que no pudo hacer otra cosa sino renunciar.

En el caso de Enver, este se desplazó a Alemania, donde contactó con comunistas como Karl Radek.

Estos, que se encontraban ocupados en plena Guerra Civil Rusa, aceptaron la propuesta y enviaron a Enver al Asia Central con el fin de convencer a los pueblos túrquicos de las bondades del comunismo.

Sin embargo, una vez llegado a su nuevo destino, el antiguo bajá decidió retomar su antiguo sueño pantúrquico y ofreció a las tribus turcas la posibilidad de unirse en un Estado único e independiente de toda interferencia rusa.