Selim II

Nació en Estambul,[1]​[2]​ hijo del sultán Solimán el Magnífico y su esposa, Haseki Hürrem Sultan.

Fue el primer sultán del Imperio otomano en carecer de interés por el ámbito militar, pues consideraba que las guerras le traían sufrimiento al imperio, y delegar las funciones de gobierno a su gran visir y yerno Sokollu Mehmed Paşa como protector del Imperio, pues a este sultán le atraía más el arte y la poesía.

Este Sultan no es muy conocido por sus hazañas militares aunque si logró conquistar Chipre y Túnez, sin embargo se le recuerda más por las edificaciones que construyó en su reinado, estos complejos son hoy por hoy nombrados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Su infancia fue relativamente tranquila, creciendo en un ambiente familiar normal bajo el cuidado de su madre, su abuela y su padre.

Por eso con el nacimiento de Murad, la relación con su consorte, Nurbanu Sultan y Selim cambió.

El medio hermano de Selim, Şehzade Mustafa tenía un enorme apoyo, parecía muy probable que tras la muerte de Solimán ascendiera al trono y así tanto Selim como su hijo serían ejecutados.

Por eso Selim prestó especial atención a no tener más hijos y, con excepción de un caso, no tuvo más hijos después del nacimiento de Murad, hasta su ascenso al trono.

Solimán finalmente ejecutó a Mustafa en octubre acusado de traición, lo que provocó una resistencia inesperada en todo el imperio.

Selim siguió siendo el único que podía apoyar al sultán, aunque la pérdida de Cihangir ciertamente también lo afectó.

Parecía cada vez más probable que Solimán nombrara a Selim su heredero, pero el sultán no lo hizo, no quería elegir entre los dos hijos que le quedaban, Selim y Bayezid.

El gran visir Rüstem Paşa había trasladado a Kara Mustafa a la provincia de Selim para espiarlo, sin embargo, el maestro reconoció que Selim era mucho más apto para el trono que Bayezid, por lo que se volvió contra su antiguo alumno y Gran Visir para apoyar a Selim.

Esto, por supuesto, no se puede descartar, pero no es realista haber traicionado a un candidato prometedor por el bien de un príncipe menos apto, por lo que, de todos modos, Selim realmente parecía una buena opción para el trono, tal vez mejor que Bayezid.

Por primera vez en su vida, Selim pudo sentir que tenía posibilidades reales de ganar el trono.

Selim, su hijo Murad y Sokollu Mehmed se enfrentaron a Bayezid en Konya en mayo de 1559.

Selim se hundió cada vez más en la autocompasión en los años siguientes mientras esperaba que su padre muriera.

Selim se encontraba en una situación muy angustiosa, ya que los jenízaros lo humillaron públicamente y no pudo hacer nada al respecto.

Los jenízaros, por supuesto, lo sabían y deliberadamente quisieron humillar al sultán de esta manera.

Selim finalmente salió de la situación pidiéndole ayuda financiera a su hermana, Mihrimah Sultan.

Aunque el hecho de que Mihrimah apoyara abiertamente a Bayezid había sido un problema entre ellos en el pasado, pero para entonces solo ellos quedaban de la familia, no había nadie más con quien pudieran contar, por lo que se reconciliaron.

Después de acceder al trono tras intrigas palaciegas y disputas familiares, se convirtió en el primer sultán carente de interés por lo militar y dispuesto a abandonar el poder a sus ministros.

Las expediciones en Hejaz y Yemen tuvieron más éxito, pero la conquista de Chipre, conseguida por Lala Kara Mustafa Pasha en 1571, y que proporcionó a Selim su más preciado triunfo, condujo ese mismo año al calamitoso fracaso naval en Lepanto frente a la Santa Liga (formada por España, Venecia y la Santa Sede), una victoria cuya importancia moral a menudo ha sido subestimada, y que al menos liberó por un tiempo el mar Mediterráneo de los corsarios bajo pabellón otomano.

Miniatura otomana de Selim II.