Conferencia de Constantinopla

Así, en 1854, el Reino Unido y Francia apoyaron a los turcos en la Guerra de Crimea, conflicto que los enfrentó al Imperio Ruso.

Este reprimió con una dureza inusitada a los rebeldes búlgaros, y tropas irregulares turcas de basi-bozuk provocaron una enorme mortandad entre la población civil.

[3]​ En julio del mismo año, Serbia y Montenegro declararon la guerra al Imperio otomano y, a pesar de la derrota inicial, en 1877 se unieron a Rusia en la guerra contra Turquía, obteniendo Serbia el reconocimiento internacional como reino independiente; una situación que se mantuvo hasta el final de la Primera Guerra Mundial en 1918.

Las revueltas internas y las tensiones internacionales provocaron una intensa convulsión política en el seno del Imperio otomano.

Por una parte, se encontraba el sultán, Abdülaziz I, que estaba obligado a continuar las reformas emprendidas para modernizar el estado otomano (Tanzimat).

A última hora, sin embargo, los otomanos rechazaron el plan con el apoyo secreto del Reino Unido.

Para entonces, y debido a las atrocidades cometidas en los Balcanes, la imagen del gobierno turco estaba tan deteriorada que ninguna potencia se tomó en serio esta «apuesta democrática» por parte del sultán Abdul Hamid.

Aunque las más occidentales realizaron concesiones sobre sus posturas originales, Alemania se mantuvo firme en su exigencia de que el Imperio otomano abandonara Bulgaria y los Balcanes.

"Los perros rusos de la guerra" (1876). Viñeta satírica donde Rusia sujeta a unos perros que representan a los países balcánicos, dispuestos a atacar a Turquía .
Delegados participantes en la Conferencia de Constantinopla.
Bulgaria tras la Conferencia de Constantinopla de 1876-1877.
Promulgación en Constantinopla de la nueva Constitución el 23 de diciembre de 1876