[c] Liszt se hizo famoso en toda Europa durante el siglo XIX por su gran habilidad como intérprete.
Años más tarde, el propio compositor tendría siempre una actitud escéptica con respecto a su carrera como niño prodigio.
Sus alumnos estaban dispersos por toda la ciudad y, a menudo, tenía que recorrer largas distancias para visitarlos.
[32] También entabló amistad con un tercer compositor que lo influyó, Frédéric Chopin; bajo su influencia, el lado poético y romántico de Liszt comenzó a desarrollarse.
Liszt convenció a una de sus admiradoras, la princesa Belgiojoso, para que apadrinara un duelo pianístico entre los dos principales intérpretes del momento.
Liszt oyó que los planes para el monumento en honor a Beethoven en Bonn estaban en peligro por la falta de fondos y prometió su apoyo.
La condesa volvió a París con sus hijos, mientras que el pianista dio seis conciertos en Viena y después realizó una gira por Hungría.
La princesa Carolyne vivió durante estos años en Weimar con Liszt y estuvo a punto de casarse con el compositor en 1861.
Recibió las cuatro órdenes menores el 31 de julio del mismo año: ostiario, lector, exorcista y acólito.
Como le dijo a Lina Ramann, «llevo una profunda tristeza en el corazón que de vez en cuando debe estallar en sonido».
[60] Expresó su devoción a este instrumento en su carta a Xavier Boisselot en 1862: «Aunque las teclas están casi gastadas por las batallas libradas en ellas por la música del pasado, presente y futuro, nunca aceptaré cambiarlo y he decidido guardarlo hasta el final de mis días como un colaborador especial».
En el caso de sus fantasías y transcripciones al estilo italiano, hubo un problema que fue definido por Wagner como «Klappern im Geschirr der Perioden».
Si, en el calor de un debate, una persona llegara tan lejos como para afirmar lo contrario, sería mejor dejar aparte las ideas sobre la música programática.
Sin embargo, sería posible tomar conceptos como la armonía, modulación, ritmo, instrumentación y otros para permitir a un motivo musical soportar un destino.
[72] La intención de Liszt para estas obras con un único movimiento, según el musicólogo Hugh MacDonald, fue «mostrar la lógica tradicional del pensamiento sinfónico».
En una etapa posterior Liszt experimentó con recursos «prohibidos» como las quintas paralelas en la «Csárdás macabra» y la atonalidad en Bagatelle sans tonalité (Bagatela sin tonalidad).
[k] Aunque todas sus obras literarias fueron publicadas con su verdadero nombre, no está claro qué partes de las mismas fueron escritas por el propio Liszt.
El pianista Arthur Friedheim, que también sirvió al compositor como secretario personal, recordó haberlo visto entre los papeles de Liszt en Weimar.
Liszt ofreció a sus alumnos poco asesoramiento técnico, esperando que «lavaran sus trapos sucios en casa», como él expresó.
Sin embargo, Carl Czerny cobró una cantidad muy alta por sus clases e incluso despidió a Stephen Heller cuando no pudo hacer frente al pago de sus lecciones.
Después interpretó una única pieza, sin que el compositor húngaro dijera una sola palabra, y fue nominada como alumna de Liszt por su marido.
[87] Entre sus alumnos se encontraron Hans von Bülow, Carl Tausig, Franz Bendel, Martin Krause, Hans Bronsart von Schellendorff, Karl Klindworth, Alexander Winterberger, Julius Reubke, Theodor Ratzenberger, Robert Pflughaupt, Friedrich Altschul, Nicolaus Neilissoff, Carl Baermann, Dionys Pruckner, Ferdinand Schreiber, Louis Rothfeld, Antal Sipos, George Leitert, Julius Richter, Louis Jungmann, William Mason, Max Pinner, Juliusz Zarebski, Giovanni Sgambati, Carlo Lippi, Siegfried Langaard, Karl Pohlig, Arthur Friedheim, Louis Marek, Eduard Reuss, Bertrand Roth, Berthold Kellermann, Carl Stasny, Josef Wieniawsky, Ingeborg Bronsart von Schellendorf, Sophie Menter,[l] Sophie Pflughaupt, Aline Hundt, Pauline Fichtner-Erdmannsdörfer, Ahrenda Blume, Anna Mehlig, Vera Timanova, Martha Remmert, Sara Magnus-Heinze, Dora Petersen, Ilonka Ravacz, Cäcilia Gaul, Marie Breidenstein y Amy Fay.
En 1886, un catálogo similar habría sido mucho más largo, incluyendo nombres como Eugen d'Albert, Walter Bache, Carl Lachmund, Moriz Rosenthal, Emil von Sauer, Aleksandr Ziloti, Conrad Ansorge, William Dayas, August Göllerich, Bernhard Stavenhagen, August Stradal, István Thomán y otros.
[90] En su presencia, ella interpretó conciertos para piano en mi ♭ y la mayor así como otros ejemplos de sus obras.
[95] Puede ser que haya sido concebido como alusión a Emil von Sauer, quien había estudiado en Moscú con Nikolái Rubinstein.
Según su autobiografía Meine Welt, había encontrado imponente a Arthur Friedheim interpretando Lucrezia Borgia-Grande fantaisie de Liszt.
En febrero del año siguiente, recibe en la logia de Berlín Zur Eintracht los grados segundo (compañero) y tercero (maestro).
En 1955 en la película francesa Lola Montès, dirigida por Max Ophüls, Liszt aparece personificado por el actor alemán Will Quadflieg.
En 1960 se filmó la película Song Without End (conocida en español como Sueño de amor o Una llama mágica), la cual estaba basada en la vida del compositor y fue dirigida por Charles Vidor, siendo sustituido a mitad de rodaje por George Cukor tras la muerte del primero.
Liszt escribió: «La obra de Wagner va a dominar nuestro siglo, como manifestación más monumental del arte contemporáneo.