El acolitado[1][2] (del griego ἀκόλουθος akolouthos, «quien sigue» o «quien acompaña») es un ministerio laical de la Iglesia católica, la Iglesia anglicana y la Iglesia Morava, que permite a quien lo ostenta ayudar al diácono cuidando del servicio en el altar y ayudando al presbítero durante las celebraciones litúrgicas, especialmente la misa.
Algunos autores, entre ellos el docto Tomasino, sostienen que en la iglesia griega jamás se conocieron los acólitos.
Todos, sin embargo, convienen en que la iglesia latina los tuvo, según hemos dicho, desde los primeros tiempos.
Normalmente se instituye como acólito a los candidatos a las sagradas órdenes del diaconado y del presbiterado, aunque el ministerio puede ser ejercido por personas laicas (la condición de clérigo se recibe con la ordenación de diácono).
[5] Aunque el término acólito se usa también para referirse a quienes ayudan en el altar sin haber sido instituidos, las expresiones "monaguillo" o "servidor del altar" son más precisas, para evitar confusiones.