Ópera de París

Con la misión de difundir al público la ópera francesa, no solo en París sino también en otras ciudades del reino, uno toma la práctica de llamarlo simplemente «La Ópera».

Teniendo como recursos financieros solamente las entradas de los espectadores (y no, como para la Comédie-Française o el Théâtre Italien, un subsidio real), la Ópera obtiene el privilegio de representar música con la prohibición para quien sea que haga algo semejante sin haber obtenido la autorización de los creadores.

Los primeros que se beneficiaron de los privilegios fueron Pierre Perrin y Robert Cambert.

La Ópera de París estuvo a menudo endeudada.

Esta lista no incluye más que las salas ordinarias de teatro, sin mencionar aquellas que hayan podido ser utilizadas para representaciones al exterior.

La Ópera de París en 1875. Grabado extraído de Charles Nuitter, Le nouvel Opéra (París, 1875).
Detalle de la fachada de la Ópera de París.