Años después esa parte de la calle, entre Jean Jaurés y Anchorena, será renombrada como pasaje Carlos Gardel.
[38] Los siete discos fueron los siguientes: La expresión «estilo» es la que se utilizaba en la época para referirse a los ritmos camperos y rurales.
El destacado historiador montevideano Julio César Puppo cuenta del siguiente modo aquel encuentro: Montevideo los recibió como si fueran celebridades, con la ciudad empapelada con sus retratos y un programa de actividades que incluía ser recibidos en el puerto, llevados a desayunar, entrevistas con la prensa y una actuación reservada para personas influyentes.
Los Gardel Razzano cantaban en una siempre celebrada escena musical en una pulpería en la que baila Moreira, estrenando en esa oportunidad la cueca «Corazones partidos», de su excompañero Saúl Salinas.
Vencido el contrato leonino con la discográfica Tagini-Columbia, llega a un acuerdo con la empresa de Max Glücksmann, bajo sellos como Disco Nacional y Odeon.
Se trató del tango «Mi noche triste», un tema musical compuesto por Samuel Castriota titulado «Lita» al que Pascual Contursi le había puesto letra.
El número causó sensación y fue decisivo para que tanto la obra como la versión de Gardel, lanzada en disco ese año, fueran un gran éxito.
[30] Años después, luego de un estricto trabajo foniátrico, Razzano intentaría volver al canto, pero sin mayores resultados.
A fines de 1927 Gardel inició una nueva gira por España, la tercera, actuando en Barcelona, Madrid, Bilbao y Santander, con un éxito arrasador.
«Sin embargo -dicen los hermanos Barsky-, a todo ese despliegue tanguero de casi tres décadas (en París) le faltaba una gran voz».
Finalmente, en 1930 Gardel iniciaría una nueva modalidad para difundir su canto, que redefinirá radicalmente su carrera y la masividad de su arte: el cine.
[112] Es en ese momento que toma importancia la presencia de Alfredo Le Pera, con quien Gardel había empezado a congeniar en diciembre del año anterior.
Sobrevivieron sin embargo algunos discos Vitaphone que se habían grabado, registrando la totalidad de los diálogos y canciones del filme.
A la mañana Defino, su representante, le había pedido que redactara un testamento ológrafo, es decir escrito de su puño y letra.
[121] En la NBC, Gardel cantó acompañado por la destacada orquesta de la radio neoyorquina, dirigida por Hugo Mariani, desempeñándose como arreglador el músico argentino Terig Tucci, radicado hacía años en Estados Unidos, que le aportó un nuevo sonido basado en armonías novedosas.
Para los papeles principales contrataron a Mona Maris, una argentina que vivió desde muy niña en Europa, Vicente Padula, Manuel Peluffo y Anita del Campillo.
Las canciones que interpreta Gardel en la película son "Soledad", el foxtrot "Rubias de New York", "Golondrinas" y "Caminito soleado".
[129] Allí Gardel cantó dos canciones suyas con Le Pera: un tema campero, "Apure delantero buey", y "Amargura", en una versión bilingüe español-inglés con el título de "Cheating muchachita".
Entre las canciones que la dupla Gardel-Le Pera compone para la película se encuentran los éxitos Por una cabeza y Arrabal amargo.
La gardelmanía produjo también el extraño encuentro entre Gardel y Astor Piazzolla, los dos máximos referentes de la historia del tango, cuando este último tenía apenas doce años.
En Puerto Rico se sumaría al grupo el puertorriqueño Alfonso Azzaf, como masajista y encargado de la iluminación.
[152] Aguilar compuso 11 tangos grabados por Gardel,[150] entre los que se destacan «Al mundo le falta un tornillo» (con letra de Cadícamo), «Tengo miedo», «Lloró como una mujer» y «Milonguera».
[152] Entre las canciones propias o en coautoría de Vivas grabadas por Gardel se destacan «El olivo», «Salto mortal», «Quejas del alma» y «Amante, corazón».
Por otra parte, Gardel siempre expresó devoción por su madre, aunque algunos aspectos ambivalentes de la relación señalan aristas complejas no del todo reveladas.
Al morir Gardel, Defino y su esposa Adela Blasco constituyeron el soporte espiritual de Berta, incluso viviendo juntos en la casa del Abasto.
Adela vivió hasta 1984 y falleció sin herederos forzosos, legando todos sus bienes a Nuria de Fortuny.
Se quedaba hasta las 12 de la noche jugando a la lotería y siempre agarraba la guitarra para cantarnos las canciones que le pedíamos.
También en esta ciudad La Gran Logia de la Masonería en Antioquia, otorga anualmente la Orden Mérito en las artes, la cultura y las letras, Carlos Gardel.
[214] La «hipótesis uruguayista» sostiene que al nacer el niño, no fue reconocido por ninguno de sus padres y quedó sin inscripción.
Silva conoció a Gardel casi por casualidad, cuando en 1917, estando el dúo Gardel-Razzano en Montevideo, deciden sacarse fotos para difundir su imagen.