Desde los 15 años, tocaba de oído diversos instrumentos musicales: guitarra, mandolín, violín, piano y bandurria.
No sólo fue de los primeros en emprender una tarea de recopilación del cancionero popular, en tiempos en que una nación se estaba fundando y necesitaba sentar las bases que definirían su rumbo.
[2] Formó hacia 1906 el Conjunto de Arte Nativo, compuesto por 30 personas, entre ejecutantes y bailarines.
Esos mismos intentos ya habían sido resistidos en presentaciones previas, en teatros de Tucumán y en su Santiago del Estero natal, donde en 1911 le había sido negado el Teatro 25 de Mayo contestando a su pedido que estaba destinado “únicamente a compañías de primer orden”.
Ricardo Rojas, junto a otros intelectuales de su generación, opinaba que la promoción del folklore servía para una floreciente argentinidad, rescatando los valores del gaucho y de las “artes olvidadas”, en el mismo proceso en que se combatía una extranjería cuya llegada al país, al fin y al cabo, no había arrojado los resultados esperados.
Chazarreta llegó a registrar 395 piezas musicales en Sadaic, entre obras de su autoría y recopilaciones.