Su origen data de la época en que se libró la sangrienta Batalla de Pozo de Vargas, sucedida el 10 de abril de 1867, durante las guerras civiles argentinas, donde se enfrentaron las fuerzas federales del caudillo Felipe Varela y las del gobierno nacional argentino, dirigidas por el general Antonino Taboada, y que la tradición popular interpreta como un enfrentamiento entre riojanos y santiagueños, principalmente, adoptando los primeros el bando federal y los últimos el bando del gobierno nacional presidido por Bartolomé Mitre.
La canción se transmitió durante décadas en forma oral, con letras variables según el bando que defendían los intérpretes,[3] y es una manifestación de los sentimientos patrióticos ligados a la pertenencia a las diferentes provincias o patrias chicas que integran la Argentina, enfrentadas en el curso del siglo XIX, a causa del sistema de gobierno que habría de establecerse en la Constitución.
[5] Se interpreta con dos melodías, una recopilada por Andrés Chazarreta en 1906, y la otra por Luis Peralta Luna.
[6] Entre las recopilaciones se destacan las realizadas por Domingo Lombardi, Juan Alfonso Carrizo, Vicente Forte, Los Hermanos Ábalos y Bartolomé Peralta Luna.
[7] Las fuerzas nacionales controlaban el pozo de agua, colocándose en derredor y dejándolo "como cebo".
[12][11] El propio Varela salvó su vida, luego de que su caballo cayera muerto y fuera rescatado por la montonera Dolores Díaz, La Tigra.
Allí sostiene que Taboada mandó tocar "un gato" para levantar la moral de sus tropas y cuenta lo siguiente:[6]
De allí los soldados santiagueños la habrían llevado a su provincia, donde ya era popular en 1870, primero como zamacueca y luego como zamba.
[15] Las autoridades y la clase alta santiagueña reaccionaron con desagrado frente a la interpretación de música folklórica en un teatro, declarando que "era un retroceso para la cultura".
[18] Dos años después, en 1908, la partitura fue publicada por la casa Medina de Buenos Aires, subtitulada como "Baile nacional" y dedicada al profesor Medardo Moreno Saravia.
[24][6] Tres años después, Los Chalchaleros incluyeron la versión santiagueña en su sexto álbum, El arriero va, siguiendo la recopilación de Chazarreta-Lombardi, obteniendo un éxito resonante.
El mismo año, Roberto Rimoldi Fraga incluyó la canción en el álbum Con sabor a patria, interpretándola según la versión riojana que grabaron Los Quilla Huasi en 1956, pero con ritmo más rápido adoptando la forma de una cueca.
[30] Finalmente, en 1973, Los Hermanos Ábalos, en su álbum Los 33 años de Los Hermanos Ábalos, lanzaron una nueva versión de la canción, con idéntica melodía y ritmo que la recopilación de Chazarreta, pero diferente letra aunque siempre dentro del grupo santiagueño, en la que dice que en Santiago del Estero la zamba es también conocida como "la Triunfadora".
Por otra parte, ambas versiones expresan el grado de crueldad y violencia que alcanzaron las luchas fratricidas en Argentina.
En este último sentido, el músico Carlos Di Fulvio ha reflexionado: La versión santiagueña tiene tres estructuras líricas básicas, recogidas respectivamente por Domingo Lombardi (acompañando la recopilación musical de Chazarreta), Vicente Forte y Los Hermanos Ábalos.
Incluye también algunos versos que se han vuelto clásicos en las versiones alternativas a la de Chazarreta-Lombardi, como:
Carrizo no precisa en sus recopilaciones que las estrofas recogidas pertenecen a la "Zamba de Vargas".
Correspondió a Bartolomé Peralta Luna identificar las coplas apropiadas para organizarlas en cuatro estrofas que conformaron la versión riojana de la canción, acompañadas también por dos recitados escritos por el propio Peralta Luna, que se dicen antes de comenzar la primera y la segunda, respectivamente.
El segundo recitado también está integrado por dos estrofas, pero en este caso se trata de dos cuartetas asonantadas.
La misma es resultado del proceso histórico-cultural mediante el cual la zamacueca afroperuana se transformó en cueca chilena, para volverse a transformar en zamba argentina, uno de los estilos musicales más representativos y populares de ese país.
La primera línea melódica, está construida sobre una oscilación armónica simple entre re menor y la séptima, mientras que la segunda línea melódica se realiza sobre una escala descendente sol menor-do séptima-fa mayor-si bemol séptima-la séptima y vuelta a re menor.
[37] En 1962, RCA Víctor incluyó una versión del tema interpretado por Andrés Chazarreta y su orquesta nativa, en el álbum Folklore: Artistas consagrados / Nuevos valores.
[26] Ese mismo año Carlos Di Fulvio realiza otra interpretación en guitarra que se caracteriza por el virtuosismo y que incluye en el álbum Concierto Supersticioso para guitarra, percusión y voces (1964), la primera de sus obras integrales, aunque sin pertenecer al mismo.
[40] Di Fulvio volvió a grabar "Zamba de Vargas" dos veces más, para el álbum Guitarrero, grabado en 1981 y lanzado en México en 1984,[41] y para el álbum Campo afuera (1997), editado en Holanda.
Sigue la versión clásica Chazarreta-Lombardi, pero le agrega el recitado escrito por Bartolomé Peralta Luna.
En 1959 Los Chalchaleros incluyeron la versión santiagueña en su sexto álbum, El arriero va, siguiendo la recopilación de Chazarreta-Lombardi y obteniendo un éxito resonante.
En 1966 Ariel Ramírez (piano), Los Fronterizos y Eduardo Falú (guitarra), grabaron la zamba en el álbum Coronación del folklore Vol 2, combinando las recopilaciones musicales de Chazarreta y Peralta Luna.
[29] También en 1968, Roberto Rimoldi Fraga incluyó la canción en el álbum Con sabor a patria,[30] interpretándola según la versión riojana que habían lanzado Los Quilla Huasi en 1956, pero con ritmo mucho más rápido adoptando la forma de una cueca.
El ritmo a su vez está ralentado, imprimiéndole una sensación de morosidad.
[45] En ese mismo año, el grupo canario Los Sabandeños grabaron para su disco Cantan a Hispanoamérica volumen 1, de 1971, una versión similar a la que hicieron Los Fronterizos, Eduardo Falu y Ariel Ramírez cinco años antes.