Sólo recibió clases de contrapunto del compositor Alexander Zemlinsky, que se convertiría en su primer cuñado.
[1][2] Su carrera musical comenzó precozmente: a los nueve años ya era violinista y compositor autodidacta.
El matrimonio religioso tuvo lugar once días después en la iglesia protestante de la calle Dorotheergasse, en Viena.
En esta ciudad, Schönberg comenzó a dictar clases de armonía en el Conservatorio Stern en 1902, por invitación de Richard Strauss; sin embargo, solo un año después regresó a Viena, donde entabló una relación personal con Gustav Mahler.
[5] En 1904 cofundó la Sociedad de Compositores; Anton Webern y Alban Berg se convirtieron en sus discípulos.
En 1910 fue rechazada su solicitud para ocupar una cátedra en composición musical en la Academia de Viena, y volvió a Berlín un año después como docente del Conservatorio Stern.
[3] Las obras de numerosos compositores, como Béla Bartók, Ferruccio Busoni, Claude Debussy, Gustav Mahler, Hans Pfitzner, Maurice Ravel, Max Reger, Aleksandr Skriabin, Richard Strauss e Ígor Stravinski, fueron incluidas en los programas de conciertos organizados por la Sociedad.
En 1923 sintetizó su método de composición con doce sonidos (música dodecafónica), y publicó sus primeras obras compuestas con esta técnica.
Tuvo con ella tres hijos: Nuria (en 1932, quien sería luego esposa del compositor Luigi Nono), Ronald (1937) y Lawrence (1941).
Debieron pasar muchos años antes de que Schönberg fuera un compositor plenamente reconocido.
Sin embargo, Moisés y Aarón obtuvo un gran éxito al representarse en dos actos.
Falleció en 1951 debido a una afección cardiaca, luego de haber sufrido un ataque al corazón en 1946.
Así, llevaría el cromatismo wagneriano a su punto culminante, hasta desintegrar el sistema y crear otro nuevo, basado en reglas muy diferentes, alejadas de la tensión entre armónicos que había reinado durante tres siglos en la música occidental.
Su preocupación fundamental fue lograr una concepción que estuviera caracterizada por las ideas de integridad y totalidad.
Con este nuevo sistema Schönberg creyó ser capaz de plantear una estructura interna teórica para cada obra.
Es imposible valorar en toda su magnitud la influencia de Schönberg en la música del siglo XX.
[10] En la primera mitad del siglo XX, intercedieron por Schönberg renombrados intérpretes, como los pianistas Artur Schnabel y Eduard Steuermann, los directores Hans Rosbaud y Hermann Scherschen, así como el cuñado de Schönberg, el violinista Rudolf Kolisch.
Schönberg fue íntimo amigo del arquitecto vienés Adolf Loos, al que había conocido en el salón de Eugenie Schwarzwald.
Schönberg ocupa en la actualidad, por su propio mérito, una posición entre los principales pintores de la época como Oskar Kokoschka, Egon Schiele, Richard Gerstl, Gustav Klimt, Max Oppenheimer y Albert Paris Gütersloh.
Schönberg no pinta para producir un cuadro “bonito”, sino para «fijar sus sensaciones subjetivas» (Vasili Kadinski).
No poseía formación teórica ni estética, pero según algunas declaraciones era un buen dibujante, con un manejo adecuado de las proporciones y medidas.
Contrajo esta fobia, posiblemente, en 1908, con la composición de las trece canciones del ciclo Das Buch der Hängenden Gärten Op.
Durante una visita del maestro de ajedrez Emanuel Lasker, Schönberg ocultó su invento y comentó “Ver este ajedrez sería tan malo para Lasker como para mí escuchar una composición que él hubiera hecho”.