Durante la Primera Guerra Mundial, Krenek fue reclutado por el Ejército Austriaco y destinado a Viena, donde pudo continuar con sus estudios musicales.
En 1922 conoció a la hija de Gustav Mahler, Anna, y a su madre, Alma Mahler, quien le propuso que completara la última sinfonía de su marido, que había muerto sin terminarla.
Krenek empezó a escribir en un estilo neorromántico (para el que tomó como modelo a Franz Schubert): Reisebuch aus den österreichischen Alpen es un ejemplo de ello; más tarde se acercó al Dodecafonismo de Arnold Schoenberg y escribió una ópera entera -Karl V (1931-33)- con esta técnica.
Estre sus discípulos en Estados Unidos se encuentran los compositores George Perle, Robert Erickson y el panameño Roque Cordero.
Glenn Gould mostró también siempre su admiración por Krenek y grabó su Sonata n.º 3 para piano.