Diez años más tarde, Gould hizo un viaje a la Unión Soviética y fue el primer pianista canadiense en visitar ese país después de la Segunda Guerra Mundial.
J. S. Bach fue su gran especialidad y sus grabaciones constituyen verdaderos puntos de referencia.
En 1992, Manuel Huerga dirigió el galardonado documental Les Variacions Gould, una coproducción de Ovideo TV, La Sept/Arte y TVC sobre el pianista canadiense con motivo del décimo aniversario de su muerte.
En 1993, se hizo una película sobre él titulada Thirty two short films about Glenn Gould.
Cada grabación la preparaba con todo detalle como una obra única, y pocas veces regrabó alguna pieza, con la notable excepción de las Variaciones Goldberg, cuya primera versión grabó en 1955, al inicio de su carrera, y la segunda en 1981, totalmente distinta, poco antes de su muerte, y empleando tecnología digital en todo el proceso.
Excéntrico y encantador, se presentaba a los conciertos con mitones, abrigo, bufanda independientemente del calor que hiciera, con una desvencijada silla de madera con respaldo y casi sin asiento, con las patas recortadas que le obligaba a adoptar una postura forzada frente al piano.
[cita requerida] Muchas personas con este desorden creen que Gould lo tenía.