Tales rasgos pueden fijarse en la creación del autor o en el desarrollo de la propia interpretación.
Aunque la música aleatoria no esta hoy en primera línea, sus técnicas son todavía muy utilizadas por los compositores.
Las corrientes aleatorias tuvieron algunas de sus más significativas representaciones en las creaciones del estadounidense John Cage -Music of Changes (1951 o 4'33; Música de cambios)-, el alemán Karlheinz Stockhausen -Hymnen (1967; Himnos)-, los italianos Bruno Maderna y Franco Donatoni, el español Luis de Pablo, los argentinos Alberto Ginastera y Mauricio Kagel, el peruano Leopoldo La Rosa y el francés Pierre Boulez.
Composiciones que podrían considerarse un precedente de composición aleatoria se remontan al menos a finales del siglo XV, con el género del catholicon, ejemplificado por la Missa cuiusvis toni de Johannes Ockeghem.
[1] El artista francés Marcel Duchamp compuso dos piezas entre 1913 y 1915 basadas en operaciones de azar.
Más tarde, Cage le preguntó a Duchamp: "¿Cómo es que utilizaste operaciones al azar cuando yo recién estaba naciendo?".
[7] Algunos estudiosos consideran el desenfoque resultante como "difícilmente aleatorio, ya que los tonos exactos se controlan cuidadosamente y dos interpretaciones serán sustancialmente iguales"[8] aunque, según otro escritor, esta técnica es esencialmente la misma que se usó más tarde de Witold Lutosławski.
Sin embargo, el término "forma abierta" en la música también se usa en el sentido definido por el historiador del arte Heinrich Wölfflin[15] para referirse a una obra que es fundamentalmente incompleta, representa una actividad inacabada o apunta fuera de sí misma.
[16] Algunos escritores no distinguen entre aleatorio, azar e indeterminación en la música y usan los términos indistintamente.
En la Music of Changes (1951) de John Cage, por ejemplo, el compositor seleccionado de duración, tempo y dinámica mediante el uso del I Ching, un antiguo libro chino que prescribe métodos para llegar a números aleatorios.
Los eventos destacados son proporcionados por el compositor, pero su disposición se deja a la determinación del intérprete.
Los procesos estocásticos pueden usarse en música para componer una pieza fija o pueden producirse en una interpretación.