Las alteraciones para las versiones melódica y armónica se escriben al lado de cada nota, no como armadura de clave.
Si bien Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) usó varias tonalidades menores en partes de sus sinfonías, sol menor es la única tonalidad que usó como principal para sus sinfonías numeradas (n.º 25, y la famosa n.º 40).
Cuando Francesco María Veracini (1690-1768) escribió seis oberturas para el príncípe de Dresde, la única que escribió en modo menor fue la n.° 5 en sol menor.
Chopin eligió esta tonalidad para su primera Balada op.
23 En la música barroca ―en que todavía no se utilizaba el temperamento igual y cada tonalidad tenía un carácter distinto―, sol menor era considerada la tonalidad de la «trágica consumación».