En el sistema europeo se abrevia MiM y en el estadounidense E.
Aún en el siglo XIX, las sinfonías en esta tonalidad son raras, con la Sinfonía n.º 7 de Anton Bruckner como uno de los pocos ejemplos.
Además, mi mayor es la tonalidad del movimiento final de la Sinfonía inacabada de Franz Schubert (1797-1828), la Sinfonía n.º 4 de Gustav Mahler (1860-1911), la Sinfonía n.º 2 de Serguéi Rajmáninov (1873-1943) y la Sinfonía n.º 10 de Dmitri Shostakóvich (1906-1975) Nikolái Rimski-Kórsakov compuso su conocida obra "Scheherezade" en diversas tonalidades, recayendo diversas veces y concluyendo en mi mayor.
Si están disponibles, los clarinetes en la deberían usarse en lugar de los clarinetes en si bemol, para los primeros se escribiría en sol mayor, mientras que para los últimos sería en fa sostenido mayor o en sol bemol.
A pesar de esto el compositor ruso Aleksandr Skriabin (1872-1915) la consideró a mi mayor «la más pura de las tonalidades», y la eligió para representar al color blanco en sinestesia.