Fue fruto de la iniciativa de Juan Miguel Martínez y Antonio Rius,[5] a quienes se les incorporarían posteriormente Vicente Vázquez, Luis Lamas, Juan Benito Blanco, Ramón de Artagaveitía, Manuel Herrera y Obes, Juan Miguel Martínez, Francisco Farrial —o Farías, según otras fuentes—[6][7] y Florentino Castellanos.
Los actores públicos que constituían esta clase no se relacionaban con sus homónimos privados, dado que se trataba de los mismos individuos; quienes cumplían funciones políticas en el nuevo Estado también constituían asociaciones civiles de índole cultural, científico o comercial.
[nota 2] En ese marco, el nuevo teatro era considerado como una plataforma que propiciaba la socialización entre los miembros las esferas más poderosas de esa sociedad primigenia, permitiendo «ver» y «ser visto».
[8] En agosto de 1840, el arquitecto modenés Carlo Zucchi presentó a la sociedad un informe, en donde detalla los terrenos disponibles en la ciudad para la construcción del nuevo teatro.
[6][10] En dicho informe, Zucchi pone a consideración de la Comisión Directiva tres solares distintos: Actualmente, los terrenos identificados y descritos por Zucchi corresponderían a los siguientes: Zucchi demuestra en este informe una gran preocupación sobre la ubicación del teatro, argumentando que la elección del solar en cuestión afectaría de manera sustancial su estructura, distribución y aspecto general.
Sin embargo, en su informe lamenta el hecho de que en 1838 dicha área fuera loteada irregularmente, pese a ser reservada tres años antes para este fin.
Desventajas como la inclinación Norte - Sur superior al 4% o la ubicación alejada respecto de la ciudad fueron relativizadas por Zucchi, considerando que la presencia del teatro provocaría el poblamiento de la zona circundante, además de que la distancia entre los distintos terrenos considerados no sería lo suficientemente significativa como para descartar esta opción.
[7] La capacidad del teatro se organizaría en tres niveles principales: la platea, los palcos y la cazuela.
[7] Sin embargo, pese a los exhaustivos informes del arquitecto modenés, se resolvió descartar su proyecto por motivos estrictamente presupuestales.
En respuesta, Zucchi reclamó el cobro de sus servicios, petición denegada por parte de dicha comisión ya que entendió que el proyecto presentado no siguió ni sus lineamientos, ni su presupuesto.
[17] Tras el fracaso del proyecto Zucchi, la Comisión Directiva se trazó como condiciones básicas que el teatro debía contar por lo menos con una capacidad de 1500 espectadores sentados, y que la inversión no debía superar los 125.000 pesos.
De todos ellos, Bocciardi y Garmendia fueron los únicos que se presentaron, resultando ganador este último.
Además, una revisión exhaustiva de la cimentación del edificio demostró que se encontraba en perfectas condiciones.
[17] A saber: Estas alteraciones fueron examinadas por los arquitectos Clemente César y A. Penaud, convocados por la Comisión Directiva, quienes respaldaron el trabajo final de Garmendia.
[17] Tras esta inspección comenzó la fase de las obras relativas a la decoración interna del teatro, marcada por las diferencias cada vez mayores entre Garmendia y la Comisión Directiva.
[21] Está situado en el barrio de la Ciudad Vieja y su entrada principal es por la calle Buenos Aires esquina Bartolomé Mitre.