Juan Ruggiero

Con sólo dieciocho años, Barceló lo introdujo en la política nombrándolo al frente de un subcomité del Partido Conservador, ubicado en la calle Pavón 252 de Avellaneda, a poca distancia del Riachuelo.

El joven maleante y su banda controlarían los negocios del patrón (Barceló) derivados de la prostitución y el juego clandestino (ejes del financiamiento de la política conservadora de aquel tiempo), así como el fraude electoral, actividades que tenían por base los comités del partido.

En pago a ese favor de vital importancia, Gardel amenizó con increíble éxito los actos políticos que los conservadores organizaban en Avellaneda.

Más adelante, en el marco de esa relación estrecha con los conservadores de Avellaneda y con Ruggiero en particular, este le salvaría la vida al cantante al utilizar sus influencias cuando Gardel, luego de ser baleado en un confuso episodio del que logró sobrevivir (1915), temeroso de que fuera enviado otro sicario a terminar el trabajo, le solicitara que intercediese para disuadir a quienes lo querían matar, como en efecto lo hizo Ruggiero, gesto que Gardel nunca olvidaría.

Todo tipo de favores que desde su posición política (próximo al intendente) concediera a lo largo de años, acabarían por granjearle una inmensa popularidad en Avellaneda, lo cual pudo haberlo malquistado con personajes de mayor poder e influencia en el Partido Conservador bonaerense, precipitando su fin, cuyos autores materiales e instigadores jamás fueron establecidos.