Corrida de toros

El cartaginés se sirvió de mercenarios íberos acompañados por unos dos mil toros que portaban sarmientos encendidos sobre las cornamentas para abrirse camino entre las líneas enemigas.[28]​ En el mismo siglo Alfonso X El Sabio siguiendo las pautas del IV Concilio Ecuménico de Letrán celebrado en 1215, por las cuales se regularon los desórdenes del clero respecto a la embriaguez, la caza, la asistencia a espectáculos cómico satíricos y exhibiciones dramáticas entre ellas los espectáculos taurinos, el rey de Castilla condenó en el Código de las Siete Partidas, en la Partida I, Título V, Ley LVII: «Que los perlados non deven deyr a ver los juegos, ni jugar tablas nin dados, nin otros juegos, que los sacassen del sossegamiento…e porenden no deven yr a ver los juegos: assi como alançar, o bohordar, o lidiar los Toros, o otras bestias bravas, nin yr a ver los que lidian…» (sic.Durante este periodo era frecuente que los caballeros se entrenasen en torneos, justas o en otros juegos como el de correr la tela —ejercicio que consistía en pasear una tela sobre los estribos del caballo— cuyo objetivo era ejercitar al caballo y practicar la montura «a la brida» con el fin de adquirir destreza y entrenamiento militar.(sic)[32]​[33]​[34]​[35]​ En pleno renacimiento, en el año 1542, el futuro rey de España Felipe II realizó su primer viaje oficial con una visita a las ciudades de Zaragoza y Barcelona donde prestó juramento como príncipe, sin embargo el viaje no obtuvo la expectación esperada hasta la llegada a Barcelona donde fue recibido y homenajeado con luminarias, danzas, máscaras y juegos de toros, una costumbre catalana para recibir a monarcas o príncipes que visitaban la ciudad.Del memorial según recoge Gonzalo Santonja Gómez-Agero en el artículo Fiesta y regozijo (sic.).Durante el XVIII se construyen las primeras plazas de toros fijas como edificios permanentes destinadas a celebrar festejos taurinos.Las medidas impuestas por el monarca a sus cortesanos acarrearon que los toreros que les auxiliaban, al no contar con los medios necesarios para seguir con la fiesta, empezaran a torear por su cuenta en las ciudades más importantes hasta convertirse en los nuevos protagonistas de las corridas de toros.Estos auxiliares empezaron a destacar por la destreza en el ruedo, razón por la cual fueron apadrinados por los rejoneadores, más tarde los fueron sustituyendo en la lidia.La propuesta fue sometida a votación y aprobada, poco después se fijaba la celebración de diez festejos en la capital andaluza.En 1813 tras unos incidentes ocurridos en el trascurso de un festejo volvieron a ser prohibidas, sin embargo dicho veto fue aplazado a consecuencia del compromiso económico adquirido por el ayuntamiento que había contratado los festejo con la plaza de Cádiz, pudiéndose celebrar las corridas contratadas.En el cartel se anunciaron diez toreros[86]​[87]​[88]​ con sus respectivas cuadrillas que realizaron el paseíllo tras una comitiva compuesta por una escuadra al mando del almirante Pascual Cervera, cinco alguacilillos, los ministriles (numerosa banda de música),[89]​ acompañados por maceros municipales con carrozas portando al rejoneador Rafael Rodil, al concejal Arteaga y a Luis Mazzantini; seguida por otra con Antonio Fernández Heredia, Ricardo Ducazcal y Guerrita, tras estos un piquete de la Guardia Real, conocidos como la guardia amarilla.Así queda unida a la cultura española formando un vínculo que dio lo destacadas obras en la prosa y la poesía de la generación del 27.Durante la lidia el presidente se acompaña de un veterinario, un asesor técnico taurino y un delegado gubernativo —alguacilillo— para transmitir las órdenes al ruedo.Su función es la de proteger al caballo y al picador en las caídas que puedan sufrir a consecuencia de embate del toro para evitar que ni el picador ni el caballo resulten heridos.Con la llegada de los cosos taurinos el despeje original se fue limitando a desalojar a quienes estaban en el ruedo sin ser los toreros, este desalojo provocó en algunas ocasiones importantes disturbios por lo que en 1865 fueron suprimidos para quedar en un acto simbólico.[129]​ Con estos primeros lances además de destapar los defectos y las virtudes del astado, se le va enseñando a embestir.Algunos lances o suertes con el capote son premiadas con la ovación del público tanto por su vistosidad como por la técnica con la que se realizan.[7]​ Cada cuadrilla lleva tres picadores, solo dos de ellos pueden permanecer simultáneamente en el ruedo durante la lidia.Todas estas suertes fueron descritas en la Tauromaquia completa de Paquiro, y cayeron en desuso con la lidia moderna.El quite se realiza de forma ordenada evitando al toro carreras innecesarias y prevenir posibles percances entre los toreros.En tiempos modernos la lidia del toro está orientada para culminar en este último tercio, donde se realiza la llamada «faena de muleta» o «hacer faena» y es determinante para que el torero pueda obtener el reconocimiento y los triunfos, ya que es esta la que los espectadores y el presidente de la plaza de toros valoran para concederlos o no.La Giraldilla o Manoletina que fue realizado por los espadas Domingo Ortega y Victoriano de la Serna, sin embargo fue Manolete quien hizo un uso habitual de la misma popularizándola, razón por la que se llamó a este pase manoletina, sin ser él su inventor.[160]​[153]​ Junto a estas tres suertes de matar, hay otras intermedias en las que el arranque del toro o del torero no se produce de forma simultánea, entre las cuales destacan la estocada aguantando y la estocada arrancando.[160]​[161]​ Las suertes indicadas para entrar a matar pueden realizarse en diferentes lugares o terrenos en el ruedo, estos son: cercano a las tablas de la barrera, en los tercios o en los medios según sea la querencia de la res.[159]​[161]​ En cuanto a la estocada pueden darse varias posiciones, entre las más destacadas están el pinchazo hondo, la estocada corta, la media estocada, la honda y la entera.[172]​ Todas las suertes aplicadas al toro durante la lidia están orientadas a facilitar que el toro desarrolle y muestre sus cualidades de bravura, comportamiento y trapío —estampa visual de las características físicas del toro de lidia— y son estos tres rasgos en líneas generales los que se valoran por parte del espectador que acude a ver el festejo.[174]​[175]​ La bravura es un instinto defensivo del toro bravo que este manifiesta con una reacción violenta voluntaria y automática frente a un estímulo exterior.Esta ley solo era efectiva para Mallorca, ya que las demás islas no cuentan con plazas de toros permanentes.Las Instalaciones ya estaban muy descuidadas y los especialistas dictaminaron que se necesitaba una fortuna para los arreglos.Esta prohibición se extendió a otros cuatro estados: Guerrero, Coahuila, Quintana Roo[198]​ y Sinaloa.Entre ellas se pueden citar, por ejemplo, «cambiar de tercio», «lleno hasta la bandera», «a las primeras de cambio», «acoso y derribo», «estar de capa caída» «entrar al trapo», «pinchar en hueso», «estar al quite», «menuda faena», «caerse del cartel», «estar para el arrastre», «ponerse el mundo por montera», «echar un capote», «cortarse la coleta», «dar la puntilla», «rematar la faena», «coger el toro por los cuernos», «ver los toros desde la barrera», etc.[203]​ Desde su nacimiento las corridas de toros han sufrido críticas y prohibiciones por motivaciones religiosas, políticas e incluso económicas.
Cartel de 1900 anunciando una corrida de toros en Barcelona.
Desfile de cuadrillas o paseíllo que se celebra al inicio de cada festejo.
Cuadro atribuido al pintor flamenco Jacob van Laethem del séquito de Felipe el Hermoso , Castillo de la Follie, Ecaussines (Bélgica) titulado Corrida de toros en Benavente en honor de Felipe el Hermoso , realizado en 1506.
Toro farnese 190-210 a. C.
Documento de 1215 referente a los encierros de Cuéllar.
Alfonso X de Castilla – Siete partidas, 1611 – BEIC 14162805
Concilio de Trento
Pepe-hillo y el picador ortega
Pepe-Hillo , toreo del siglo XVIII , grabado de Francisco Goya.
El picador en la Maestranza, Sevilla
La plaza de toros de la Puerta de Alcalá en 1853, que con el título de La Plaza partida pintó Eugenio Lucas. Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.
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Costillares
El riojano Juanito Apiñani R., retratado por Goya en la serie La Tauromaquia , saltando con garrocha por encima del toro en la antigua plaza de Madrid.
Retrato del torero Pedro Romero de Francisco de Goya
1893-10-08, La Gran Vía, Una larga de Guerrita
Corrida de toros en la plaza de 'El Txofre', Manolete
El Cordobés toreando con muleta (1970)
Curro Vázquez (1970)
Matador.
Picador en la Santamaría en Bogotá en 2018.
Banderillero
Alguacilillo plaza de toros de Béjar
Mozo de espadas en la plaza de toros de Granada.
Monosabio
Areneros en primer plano. Al fondo, los mulilleros en el arrastre del toro.
Toros de miura castaño y negro en los corrales antes del sorteo
paseíllo corrida goyesca en Bogotá en 2019, Colombia
Paseíllo, plaza de toros La Santamaría en 2018, Bogotá.
El torero Juan Bautista durante la corrida goyesca de la Feria du Riz en Arlés , 2010.
Tercio de varas en plaza de toros de Céret
Suerte de varas
Gaoneras de Juan de Castilla (torero) en la Segunda de Abono de la Santamaría de Bogotá en 2018.
Banderillero en la plaza de toros la Santamaría de Bogotá.
Manzanares faena de muleta, pase al natural.
López Simón haciendo una manoletina en Málaga.
Pase por la espalda de Luis Bolívar en Bogotá.
José Tomás en la suerte suprema
Suerte de recibir
La salida de la plaza de los toreros a hombros.
Trofeos obtenidos por el torero Antonio Nazaré
Insensato de la ganadería del Marqués de Domecq, indultado en El Puerto de Santa María. Lidiado por Pepín Liria, el 15 de agosto de 2008.
Toro de ganadería Sánchez Cobaleda.
Caminata en contra de las corridas de toros en Venezuela.