La funcionalidad, como sugiere la legislación española en materia taurina, es que el indulto favorezca el destino de la res "como semental y de preservar en su máxima pureza la raza y casta".
Las facultades concedidas a la presidencia, como persona capaz de interpretar las voluntades del público y regular el normal desarrollo del espectáculo, favoreció en plazas de toros como Sevilla, Cádiz o Pamplona el que algunos toros históricos fueran indultados; especialmente, tras haber visto su bravura durante el tercio de varas.
[8] La reglamentación taurina no aparece en España hasta 1962,[9] sin embargo dentro de estas disposiciones legales no recogen en ningún momento ninguna figura jurídica semejante al indulto.
Con la introducción del indulto el reglamento pasaba a disponer no sólo las motivaciones que inspiraban esta gracia sino también el modo de proceder, tanto en la solicitud como en la concesión de la misma.
Así se establecía un nuevo pañuelo - de color naranja - que indicaba la decisión del presidente de indultar un toro y que se sumaba a los ya existentes (blanco, verde, rojo y azul) con los que el palco presidencial determinaba sus decisiones con respecto a trofeos y ordenación de la lidia.
El indulto de los toros bravos en España está recogido dentro de la legislación taurina nacional donde se explicita cómo proceder a esta gracia que se concede a las reses bravas (art.
Cuando se hubiera indultado una res, el ganadero deberá reintegrar al empresario en la cantidad o porcentaje por ellos convenido".Además del reglamento nacional, la normativa autonómica en materia de espectáculos taurinos también recoge en su articulado las cuestiones relacionadas con el indulto.
Así, no está permitido el indulto en novilladas sin picadores, becerradas, festivales, clases prácticas o espectáculos populares.
[12][13][11] En tiempos presentes, arrecia una polémica entre un sector de aficionados taurinos con respecto al elevado número de indultos que se conceden en las distintas ferias que conforman la temporada taurina española.
De hecho, algunos ganaderos como Victorino Martín, han considerado que en algunos casos se está llegando a una ola de "indultitis";[14] algo que refutan también otros profesionales del mundo del toro como el torero Julián López "El Juli".